Más de dos mil personas concurrieron a una misa celebrada en la Catedral de Ciudad de México donde los presentes corearon el tema "Amor eterno".
La recientemente fallecida cantante española Rocío Dúrcal recibió una cerrada ovación de despedida en la misa homenaje que congregó la noche del lunes en la Catedral de la capital mexicana a cerca de 2.000 personas, que corearon uno de sus grandes himnos, "Amor eterno", con música de mariachi.
La vinculación y el cariño que la artista sentía por México, correspondido a lo largo de muchos años por el público mexicano, llevó a sus familiares a trasladar parte de sus cenizas a este país.
"La española más mexicana", como era conocida la actriz y cantante en el país norteamericano, dejó de existir el pasado 25 de marzo en su domicilio de Torrelodones (Madrid), víctima de un cáncer de uterino que le fue diagnosticado en 2001 y que también se extendió a sus pulmones.
Rocío Dúrcal, cuyo verdadero nombre era María de los Angeles de las Heras, quedó en el recuerdo de muchos mexicanos sobre todo por su fructífera colaboración con el cantante y compositor Juan Gabriel, quien le produjo una decena de discos de rancheras.
"Muy triste, todavía no podemos creerlo, sabíamos que estaba mal pero teníamos la esperanza de que mejorara su salud, que estuviera con su familia, aunque sabíamos que no volvería a los escenarios", señaló Fabiola Rangel, del club de fans mexicano de la extinta cantante.
Los miembros del grupo recogieron firmas antes de la ceremonia para proponer al museo de cera de la ciudad dedicar una estatua a la desaparecida artista.
 Admiradores de la malograda cantante española sostienen una cartel con su imagen durante la misa. (Foto: EFE) |
La catedral mexicana, ubicada en el corazón de la capital, estuvo adornada por dos grandes fotografías de la actriz, una de su juventud y otra más próxima a la actualidad.
Asimismo, un coro de mariachis hizo de acompañamiento a los himnos religiosos para recordar la música de la desaparecida cantante.
A pesar de que se especulaba con la presencia de Juan Gabriel en la ceremonia, sus compromisos profesionales en Estados Unidos le impidieron acudir a la cita.
Quien sí estuvo en la misa celebrada en la Catedral fue el cantante Enrique Guzmán, acompañado de su esposa.
La misa homenaje no contó con la presencia de familiares de la fallecida, ya que estos se encontraban en ese mismo momento celebrando una ceremonia de carácter más íntimo en la Iglesia de San Agustín, también en la capital mexicana.
Entre los asistentes se veían caras de todas las edades y condiciones, unidos en el dolor por la pérdida de la artista o simplemente atraídos por la magnitud del evento, y no faltó quien inmortalizó con la cámara de su móvil parte de la ceremonia.
Durante la misa, el sacerdote quiso destacar la huella que Rocío Dúrcal había dejado en el pueblo mexicano a través de sus canciones y películas, que bien puede ser "una forma de alcanzar la inmortalidad".
En recuerdo de la actriz, el periodista musical Gustavo Fante dedicó un pequeño discurso a recordar la figura de la madrileña y su relación con el público mexicano.
Los 2.000 asistentes corearon, arropados por un cuadro de mariachis, "Amor eterno", una de las canciones más famosas de la artista, compuesta por Juan Gabriel, junto a quien la entonó en multitud de ocasiones sobre los escenarios.
En ese momento, no fue difícil encontrar más de una lágrima furtiva o unos ojos llorosos entre los allí congregados para despedirse por última vez de "la española más mexicana". (EFE)
