Entre el DF y Oaxaca. Atrás quedaron los días en que Lila Downs se movía por las calles de Nueva York, ahora la cantante mexicana reside en su país de origen y pasa gran parte de sus días en la provincia sureña que la vio nacer. La misma donde conviven más de 16 grupos étnicos y que tiene el récord de ser el lugar con mayor diversidad lingüística del país.
La dualidad siempre ha estado presente en la vida de Lila. Hija de padre estadounidense y madre indígena mexicana, un día al escuchar "Gracias a la vida" de Violeta Parra, pero interpretada por Mercedes Sosa, decide dedicarse a la música de manera profesional, por sobre su profesión de antropóloga.
"La verdad es que la primera vez que escuché a Mercedes fue haciendo mi tesis de tejido en un pueblo muy lejano, de la montaña, en mi provincia, en Oaxaca, y escuché a Mercedes cantando 'Gracias a la vida". Y dije 'no, yo creo que mi vida puede ser diferente y voy a volver a la música. Y así fue como cambió de pronto el rumbo al canto", expresó a Cooperativa.
"Yo creo que si yo no hubiese escuchado ese tema en ese momento quizás no sería lo que soy ahora. Yo creo en ese poder inmenso de la música. Yo creo que podemos cambiar el mundo de esta forma".
Balas y chocolate
La antropóloga, cantante y compositora mexicana, reconocida en la actualidad como una de las voces más relevantes del arte y cultura latinoamericana, volverá a Chile el próximo 19 de agosto, fecha en la que presentará su último trabajo discográfico, "Balas y chocolate", un disco que expone los contrastes de la vida y que está dedicado al Día de los Muertos, una festividad, dice Downs, que en México es incluso más importante que la Navidad.
"Son los contrastes de vivir en México, donde por una parte hay mucha violencia, hay un crecimiento de una mafia tremenda de entrega de productos de drogadicción para los norteamericanos, donde hay cambios en la sociedad que son drásticos, pero a la par estamos todavía en una país que es civilizado, organizado en su sociedad, en diferentes caracteres en cada región".
Para Downs, el Día de los Muertos "es el momento en que se convive con los ancestros y en mi caso, pues con mi abuela y con mi padre, que yo perdí. Mi abuela un poco menos de años que la hemos perdido, pero a mí padre cuando yo era muy jovencita, cuando tenía 16 años".
Además, de la cultura y tradición del pueblo mexicano, el álbum ha sido descrito por la artista como el más personal de su carrera, puesto que tuvo que enfrentar la enfermedad que aquejaba a su marido, el saxofonista estadounidense Paul Cohen. Asimismo, el álbum toma como referencia lo que se vive actualmente en México, con una canción, dedicada, por ejemplo, a los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala.
"Me afecto mucho que quizás había que hacer un trasplante del corazón, entonces te toca de pronto lidiar con la posibilidad de la muerte en tu familia, de un ser querido y creo que mi reacción fue automática: Le voy a componer unos versos, y vamos pa' adelante. Y hay un tema en particular que se llama 'El son de los difuntos', en donde describo exactamente eso. Lidiando con ella, cantándole, bailándole también, como es nuestra tradición no solo en México, en toda Latinoamérica de celebrar la vida ante la muerte".
La identidad es un tema fundamental para la cantante. A pesar de tener sangre estadounidense, buscó sus orígenes indígenas y decidió, con orgullo, ser parte de México. "Yo creo que eso nunca se acaba, creo que uno siempre se está redefiniendo, reinventando, aprendiendo cosas de tu historia, pero creo que he aprendido que la música me ha llevado a una paz interna mejor. Creo que mis mundos se han odiado. Siempre recuerdo gente como Donald Trump desde mi niñez, que no quieren a México. México tampoco quiere a los yanquis. Entonces yo crecí con esa realidad y sigo creyendo que la música y el arte pueden acercarnos y hacer que nos queramos más".
Sobre el show que realizará el 19 de agosto en el Teatro Nescafé de las Artes, la mexicana adelantó que tendrá principalmente canciones de su último trabajo, aunque "también tendremos algunos temas que a la gente en el cono sur les gusta y seguro que algo que a mi se me antoje cantar también. Somos ocho en escena y bueno en esta ocasión estamos muy contentos porque esta música, la verdad que nos levanta los ánimos muchísimo".
Proyectos futuros
"Corrido de Pancho Villa", la canción de Víctor Jara sobre uno de los jefes de la revolución mexicana, podría haber sido uno más de las canciones de "Balas y chocolate. "Por algún motivo no entró en el proyecto, pero es un tema que me encanta, es un tema súper mexicano pero que compuso Víctor Jara. Ojalá que a futuro quizás haga un disco de música revolucionaria".
Al disco de música revolucionaria, la cantante también podría sumar un álbum de boleros y cantos huapangos. "En México es un género hermosísimo que poco se difunde, entonces me encantaría hacer algo con eso, seguro el año que viene, quizá para entrar al estudio el siguiente año".