"Un oscuro cuento de hadas" es la frase promocional de la película y dice mucho de ella, pero no le quita nada a la experiencia de verla en el cine. "Princesita", lo nuevo de Marialy Rivas, sigue a "Tamara", una niña que a sus once años es parte de una secta construida en torno a las creencias y la cosmovisión de "Miguel", quien le asignó el deber de procrear junto a él, para traer a la vida a un digno sucesor.
La historia, protagonizada por Sara Caballero y Marcelo Alonso, parte con la inocente mirada de una pequeña que en su transición a la adolescencia descubre las verdaderas implicancias de lo que deberá enfrentar.
"Princesita" debutará finalmente en las salas locales este jueves 19 de octubre. A propósito de su estreno, Marialy Rivas conversó con Cooperativa sobre la construcción de una trama que es tan dolorosa como real.
Porque el país no está ajeno a estos casos. Según explicó Rivas, "a mí me surgió el interés en esta historia cuando leo una noticia en el 2012, de una familia que tenía una secta en el sur de Chile, que habían elegido a una niña, la única mujer de la familia y decían que ella iba a traer a un hijo que iba a evitar el fin del mundo".
"Fue súper clara la metáfora para mí: de cómo las mujeres son vistas en las sociedades patriarcales masculinas como solo un objeto vehículo de los deseos o de los objetivos de los masculino; y no como un ser humano. Ese fue el punto de partida: cómo se construye la identidad femenina cuando siempre estás reprimida, agobiada o forzada por este sistema en el que vivimos; que también reprime y fuerza a los hombres a cosas, pero como viene de lo masculino, es diferente o más violento hacia lo femenino", añadió.
La película en sí irradia las sólidas bases y convicciones que tiene su directora para hacer la narración. Perspectivas que identifican y evidencian cómo la mujer sigue sometida a la subyugación que implica un machismo imperante y que no tiene límites para manifestarse.
Es por es que Rivas sostuvo que "para mi las religiones son sectas a las que les fue bien. Son una manera de narrar el mundo que tiene un objetivo de control. Si uno ve, con las mujeres que tienen guaguas, que sale un humano desde dentro de otro humano. Lo más claro es que el soplo de vida es algo femenino. Es un momento muy impactante ver como nace una guagua. Hay algo ahí que sucede que es increíble".
"Sin embargo, lo religioso para mí es una masculinidad avasalladora que narra el universo desde un lugar completamente opuesto. Y es una construcción ideológica. Hay un HOMBRE creador, que da un soplo de vida a otro HOMBRE y, después, de una costilla de un HOMBRE sacan a una mujer. Si uno mira la realidad, es completamente lo opuesto. Eso se ha permeado, incluso a la construcción del mundo", sostiene la realizadora que también cuenta entre sus créditos la alabada "Joven y Alocada" (2012).
En la misma línea, agregó que "si lo piensas, la naturaleza es súper fértil, femenina, si cae una semilla sale otro árbol. Las ciudades son algo masculino: le vamos a poner cemento encima a la tierra fértil, unos falos que son unos edificios. 'Esto es mío, yo me compré este metro cuadrado y le voy a sacar provecho con estos falos donde voy a meter gente adentro'. Toda esa cosmovisión en la que habitamos tiene muchas ramas. A mí me parece que si bien hay gente religiosa que pueden ser grandes personas, como Berríos, pero en su mayoría las religiones son sistemas de control y de poder".
Marialy Rivas también planteó que la película llega en un contexto interesante, en medio de elecciones presidenciales, la pendiente entrada en vigencia de ley de aborto en tres causales y los escandalosos casos de abusos en el Sename.
Entonces, apuntó Rivas, este panorama "tiene que ver con que despertamos con horror a darnos cuenta de que somos un Estado que abusa de sus niños. Hasta hace tres semanas no teníamos ley de aborto. El 86,5 por ciento de los embarazos adolescentes son niñas abusadas. Y estaban obligadas a tener la guagua. ¿Cachai el nivel de abuso que es eso?".
"Aún hay gente que rasga vestiduras, aún la ley no entra en vigencia. Y, luego, todo lo que se destapó en el Sename. Niños traficados, niños muertos. Chile siempre tiene esa duplicidad rarísima que nos gusta creer que somos de una manera, pero en lo efectivo somos todo lo opuesto", puntualizó.
Escucha la entrevista completa de Cooperativa con la directora Marialy Rivas: