Cantante gitana demandó a protagonista de la cinta "Borat"
La macedonia Esma Rexhepova sostuvo que el comediante británico responsable de la exitosa comedia utilizó en el filme dos de sus temas sin su consentimiento.
La macedonia Esma Rexhepova sostuvo que el comediante británico responsable de la exitosa comedia utilizó en el filme dos de sus temas sin su consentimiento.
La cantante gitana macedonia Esma Rexhepova demandó al actor británico Sasha Baron Cohen por haber usado sin permiso dos de sus canciones en la película "Borat", según informó este jueves el diario macedonio Dnevnik.
En la demanda que presentó ante el tribunal de Skopje, Rexhepova pide una indemnización de, al menos, 100.000 euros por violación de los derechos de autor.
La cantante, conocida como la "Reina gitana", asegura que Baron usó en su película sus canciones "Chaje Shukarije" y "Siki siki baba".
El hijo de Rexhepova, Simeon Atanasov, y el autor de música de "Siki siki baba", Naat Velinov, dijeron a los medios locales que nadie les llamó para pedir autorización para el uso de las canciones.
El polémico filme cuenta la historia de Borat, un periodista de la televisión de Kazajstán, que se caracteriza, además de por su torcido inglés, por ser misógino, antisemita, racista y mujeriego. Todas costumbres, dice, de su tierra natal. El hombre viaja a EE.UU. para aprender de ese país y encuentra que, llamativamente, es muy similar al suyo.
El título completo del filme, en pésimo inglés, es "Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan" (traducible como "Borat: Aprendizajes Culturales de América para Beneficiar a la Gloriosa Nación de Kazajstán") y se compone de entrevistas a personas reales que Borat.
Esta no es la única dificultad legal de la producción, ya que con anterioridad dos estudiantes estadounidenses presentaron una demanda contra el filme por sentirse engañados cuando firmaron la autorización para participar en la película, además señalaron que los productores les ofrecieron bebidas alcohólicas.
Se trata de Justin Seay y Christopher Rotunda, estudiantes que firmaron la autorización pensando que sus palabras, llenas de apreciaciones racistas y machistas, sólo iban a formar parte de un documental que se emitiría en Kazajistán, no en Estados Unidos.
Y el pueblo rumano utilizado para el rodaje de las supuestas imágenes de Kazajistán también ha presentado una denuncia por valor de 30 millones de dólares contra la producción. (EFE/Cooperativa)