El tribunal Jamóvniki de Moscú dictará sentencia este viernes en el juicio a tres integrantes del grupo punk Pussy Riot acusadas de "gamberrismo motivado por odio religioso" por cantar en una catedral ortodoxa una canción contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Los fiscales han pedido tres años de prisión para Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, en prisión preventiva desde marzo, quienes, además de declararse inocentes del delito que se les imputa, denuncian que son víctimas de persecución política.
Varias organizaciones rusas pro derechos humanos y Amnistía Internacional, considera presas políticas a esas tres integrantes del grupo ruso.
El 21 de febrero de este año cinco integrantes de Pussy Riot irrumpieron encapuchadas en una zona restringida del altar de la catedral de Cristo Redentor, el principal templo ortodoxo del país,
Una vez allí, las mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.
"Madre de Dios, echa a Putin", decía la canción, en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de creer en el presidente de Rusia y no en Dios.
Tres de ellas fueron detenidas días después: las otras dos participantes en la acción no pudieron ser identificadas.
Samutsévich ha declarado que si en la catedral hubieran cantado "Madre de Dios, protege a Putin" en vez de "Madre de Dios, echa a Putin" no habrían sido enjuiciadas.
El juicio a las Pussy Riot ha levantado una campaña internacional en favor de su libertad a la que se han sumado figuras del mundo musical como Sting, Madonna, Björk y bandas como Red Hot Chili Peppers.