Reclamos por el retraso de salida de los artistas convocados es parte del saldo negativo que dejó la primera edición del Festival Fuga, que este sábado se llevó a cabo en el Club Hípico de Santiago.
Un evento que, a pesar de las críticas, nace con una gran idea de fondo: reunir en tres escenarios a bandas chilenas con el fin de potenciar la industria de la música nacional, y que llega a sumarse al activo y demandado mercado de festivales que se realizan en nuestro país.
Una especie de Lollapalooza chileno con un total de 60 bandas y más de 14 horas de música forjada en tierra nacional, que además contó con espacios para exposiciones de arte y expresiones urbanas para los fanáticos de los tatuajes y los apasionados por el skate.
"Nosotros siempre nos hemos basado en el trabajo a largo plazo, nunca a corto plazo porque creemos que así no se generan buenos resultados", dijo en la previa del show a Cooperativa Felipe Díaz, uno de los creadores del evento.
Por esto bajo una primera instancia los organizadores ya contemplan una edición apara 2015. "Ya tenemos una edición reservada para el 2015, pero eso es sorpresa para después. Ahora estamos enfocados en que salga bien este primer Fuga, que a la gente le gusta el festival y que lo pase súper bien".
Si bien es habitual que existen las demoras en festivales o conciertos, según consigna este domingo La Tercera, las presentaciones de los artistas en Fuga tuvieron casi dos horas de retraso. Por ejemplo, Nano Stern, que debía comenzar su show a las 18:15salió a escena cerca de las 20:15.
Para el final de la jornada se esperaba la participación de Tea-Time de Los Tetas, Tiro de Gracias, Lucybell, Rama, De Saloon, Supernova y Villa Cariño, agrupaciones que según el matutino hicieron olvidar a los asistentes la débil organización anterior.
Para el final de los conciertos se realizó una fiesta post show que se extendió cerca de las cinco de la madrugada.