La cantante no logró sobrepasar sus problemas, que marcaron su carrera.
Debió cancelar su última gira europea luego de realizar un show bajo la influencia del alcohol.
Junto con destacar a nivel mundial por sus dotes musicales, Amy Winehouse fue el foco de atención de la prensa internacional por sus problemas con las drogas y el alcohol.
Sus adicciones llevaron a las autoridades estadounidenses a no entregarle una visa el 2008 para que pudiera recibir los cinco Premios Grammy que ganó por su segundo álbum, "Back to black", decisión que posteriormente se revirtió pero no a tiempo para la ceremonia.
El consumo de droga y alcohol de la cantante le impidieron muchas veces completar sus conciertos y compromisos en vivo, lo que generó la decepción de muchos de quienes compraban una entrada para poder verla.
Durante agosto del 2007, Winehouse canceló una serie de shows programados en Estados Unidos y el Reino Unido por agotamiento. Ese mes también fue ingresada a un hospital con una dosis de heroína, éxtasis, cocaína, ketamina y alcohol.
Problemas con la ley
Su consumo de drogas no pasó inadvertido para las autoridades y fue requerida varias veces a declarar a las oficinas de Scotland Yard, bajo acusaciones de posesión de estupefacientes y agresión, cargos que terminaron con la cantante varias veces tras las rejas.
Las adicciones de la artista eran compartidas por su ex esposo, Blake Fielder-Civil , con el que fue descubierto fumando marihuana el 2007 en un hotel de Noruega , cargo por el que debieron enfrentar a la Justicia noruega y pagar una multa para quedar en libertad.
Quizás las imágenes que más reflejen el nivel de adicción Winehouse fueron las publicadas por el diario británico The Sun durante el 2008. En ellas, la cantante aparece bastante baja de peso y con su cabello desaliñado, fumando una pipa con crack, droga con la que se relacionó el enfisema pulmonarde la artista.
Intentos de rehabilitación
Tras ser llamada a declarar por la Policía londinense por el incidente, la compañía discográfica de la artista, Universal, anunció que la intérprete ingresaría a un centro de rehabilitación por su propia voluntad para desintoxicarse.
A pesar de los esfuerzos de la artista y de sus cercanos, ninguno de los procesos de rehabilitación lograron sostenerse en el tiempo y con frecuencia se le pudo ver consumiendo alcohol o borracha en las páginas de los medios londinenses, incluso intentó nuevamente desintoxicarse durante mayo de este año sin éxito.
El fantasma de la adicción también marcó su última actuación. La cantante subió por última vez a un escenario en la ciudad serbia de Belgrado, en el marco de su gira europea, y sólo logró murmurar un par de frases, tambaleándose por el escenario, bajo los efectos del alcohol, para decepción de todos sus fanáticos.
