Santiago pagó su deuda con el viejo Lemmy y Motörhead
El trío presentó un sólido repertorio ante un Estadio "Víctor Jara" repleto de fanáticos, quienes se redimieron de la escasa audiencia que Kilmister tuvo en noviembre de 1995.
El trío presentó un sólido repertorio ante un Estadio "Víctor Jara" repleto de fanáticos, quienes se redimieron de la escasa audiencia que Kilmister tuvo en noviembre de 1995.
El rock and roll de Motörhead -como define el grupo su música- se tomó el Estadio "Víctor Jara" la noche del miércoles 2 de mayo, en una maciza presentación del trío británico, que tuvo en el bajista y cantante Ian "Lemmy" Kilmister al ícono de una noche de riffs a todo volumen.
Es que el ambiente en el recinto de calle Arturo Godoy tenía mucho de revancha, había que probarle al líder y fundador de la banda que el escaso público -con suerte 500 personas- que llegó a verlo en noviembre de 1995 al entonces Teatro Monumental era una espina clavada entre los jóvenes y no tan jóvenes seguidores del británico.
Así, unos 5.000 fanáticos -en gran mayoría de riguroso negro- colmaron el estadio y brindaron aplausos, ovaciones y un coro digno para los intérpretes de "Ace of spades", clásico tema que por su puesto estuvo en el repertorio del trío que completan el guitarrista Phil Campbell y el extraordinario baterista Mikkey Dee.
"Killers", "Over the top", "Sacrifice", "Going to Brazil", "Stay clean", "Iron fist", "Killed by death" y el majestuoso "Overkill" fueron parte de los cerca de 20 temas que Kilmister y compañía lanzaron con furia hacia un público comprometido con la banda.
Es que Lemmy fue "genio y figura", además de íntegramente inglés, porque no sólo inició el show exactamente a las 21:00 horas, sino que además se dio el lujo de corregir a uno de sus asistentes respecto a cómo ubicar una bandera chilena que llegó al escenario.
Así, a los 61 años y con un tanque de oxígeno como precaución en backstage, el vocalista e instrumentista recorrió junto a sus compañeros su extensa carrera -iniciada en los 70- en exactos 100 minutos.
Lemmy Kilmister tiene ahora una mejor imagen del público nacional, porque como en la vida, las deudas se pagan, y Motörhead cobró la que Santiago debía.