Según People, la mujer había estado consumiendo crack la noche en que acusó al actor de querer matarla.
La adicción a las drogas llevó a Brooke Mueller, esposa del actor Charlie Sheen, a ingresar en una clínica de rehabilitación, algo que sus amigos y familia llevaban intentando mucho tiempo.
Según la revista People, la mujer había estado consumiendo crack y alcohol en grandes cantidades la noche en que avisó a la Policía de que Charlie Sheen había intentado matarla.
"Brooke ha estado negando el problema durante mucho tiempo, su madre había intentados varias veces convencerla de que fuera a rehabilitación", señala una fuente cercana a la revista estadounidense.
Ya en 2001 Mueller ingresó por primera vez en rehabilitación, aunque, según sus cercanos, no consiguió grandes resultados, ya que "en aquel entonces ya tenía un problema. En cuanto salía de la clínica conseguía drogas y acababa en el hospital".
La pasada navidad, Mueller llamó a la Policía para avisar de que su marido había intentado agredirla, lo que finalizó con la detención del actor y acusado de amenaza, de asalto menor y de un delito menor en tercer grado.
