"La situación es muy crítica. Los talibanes entraron hace una hora a mi hotel. Por suerte no vinieron a mi habitación", es parte del dramático relato que hizo este lunes el comunicador chileno Jorge Said, quien se encuentra actualmente atrapado en Kabul, la capital de Afganistán, convertida en caos tras la toma este domingo por parte de los talibanes, un logro inesperado por su rapidez.
Said, de 55 años, había llegado al país asiático a grabar un nuevo capítulo de su serie documental "Buscando a Dios" y ahora planifica contrarreloj su salida. El sábado, un día antes de la victoria de los insurgentes, al reportero le aseguraron oficiales de inteligencia que la ciudad no caería hasta dentro de uno a tres meses.
Tras la irrupción de los talibanes a su hotel "se pensó lo peor, que venían a por los extranjeros. Pero quienes estuvieron con ellos dicen que fueron muy amables, que no preguntaron por extranjeros, que era lo que más temíamos", contó Said a BBC Mundo.
"Mi hotel en Kabul es de alta seguridad. Hay tres puntos de control con varios guardias armados, pero cuando llegaron los talibanes, bajaron las armas y los dejaron pasar. Vino una decena, solamente con un hombre armado. Dijeron que no quieren asustar", detalló el documentalista.
Según Said, "en la calle hay mucho nerviosismo. No se sabe muy bien cómo van a actuar los talibanes. La mayoría piensa que están siendo astutos. Que vienen con una rosa diciendo que van a tratar a todo el mundo bien, esta semana, para mostrar a la comunidad internacional que tienen otro tipo de comportamiento de cuando estuvieron en el poder hace décadas y que van a respetar los derechos de las personas. Pero la gente aquí desconfía por lo que pasó en otras provincias, donde ejecutaron a soldados rendidos y castigaron a mujeres por no llevar burka".
Los talibanes tomaron el domingo el control de Kabul después de que sus combatientes entraran en la capital sin encontrar resistencia, y con casi todas las provincias bajo su control. En el primer día del país bajo el control de los talibanes, la seguridad de la capital afgana y la mayor parte del país amaneció en manos de los insurgentes que patrullan las calles y controlan el movimiento de personas.
"Daba la impresión de que los militares se estaban yendo, que entregaban la ciudad", aseguró el chileno.
"SI NOS RECONOCEN EL ACENTO, LA GENTE SE NOS ECHA ENCIMA"
"Hay mucho terror en las calles. La gente está agresiva. Muchos pelean", describió el comunicador, añadiendo que "hay una falta de información total".
"Para los periodistas se ha vuelto muy difícil trabajar. Es casi imposible porque nos reconocen el acento. Si nos reconocen el acento español o inglés, inmediatamente la gente se nos echa encima", narró.
"Casi no queda un cajero con dinero. Miles de personas tratan de sacar lo último de los bancos. Ayer grabando se vino una multitud contra mí. Es muy peligroso. No se sabe quién es talibán y quién no porque los talibanes visten de civiles, como cualquier otro afgano", agregó.
"ES UNA CRISIS HUMANITARIA"
Said expuso que "hay poca agua y la electricidad se corta cada 15 minutos. Los campos de refugiados están terribles. La gente está durmiendo en la calle, directamente en el piso, sin frazada o algún tipo de asistencia. Nos contaron que por las noches muchos consumidores de opio bajan a robar".
"Es una catástrofe humanitaria y muchos sienten terror por los talibanes gobernando el país. Es una situación de emergencia", advirtió.
"Muchos sienten una tristeza absoluta, especialmente las mujeres. Desde que llegué hace 13 días a Kabul, he trabajado con muchas de ellas: artistas, deportistas de gran nivel. Están aterradas", remarcó.