Los militantes que perpetraron el ataque en el centro comercial Westgate de Nairobi, en Kenia, que acabó con la vida de al menos 67 personas alquilaron una tienda en el lugar semanas antes del asalto, según pudo saber la BBC.
Altos funcionarios de seguridad le dijeron a la BBC que eso les dio acceso a los ascensores de servicio de Westgate, lo que les permitió almacenar armas y municiones.
Gracias al fácil acceso al armamento, los atacantes pudieron rearmarse rápidamente y sortear a las Fuerzas Armadas.
Al menos 67 personas murieron en la toma del centro comercial que duró cuatro días, mientras que, según la Cruz Roja, otras 61 personas siguen desaparecidas.
Expertos forenses continúan recorriendo cada rincón del edificio en busca de cuerpos y claves que les den más pistas sobre los asaltantes.
El grupo islamista somalí Al-Shabab, parte de Al-Qaeda en África, ha dicho estar tras el ataque y el sitio al centro comercial de Nairobi.
Mientras tanto, Kenia está en su tercer día de luto oficial en recuerdo de las víctimas civiles y militares que dejó el ataque.
¿Identificaciones falsas?
La investigación de la BBC reveló cómo los hombres armados planearon y llevaron a cabo la toma del centro comercial y cómo las fisuras en esquemas de seguridad supuestamente comprometidos por la corrupción hicieron el ataque inevitable.
Para alquilar la tienda, los militantes probablemente necesitaron identificaciones falsas provistas por oficiales corruptos.
La BBC también confirmó nuevos detalles sobre cómo los militantes llevaron a cabo su ataque.
Dos vehículos sacaron a los islamistas del centro comercial antes del ataque, según las fuentes consultadas por la BBC.
Además se cree que los militantes usaron las vías de ventilación del primer piso del centro comercial para esconderse.
Las fuerzas de seguridad también confirmaron que los militantes cambiaron su táctica el sábado.
Fue entonces cuando desplegaron armas de alto calibre, aprovechando el momento en el que el control de la operación de seguridad cambió del mando de la policía al del ejército.
Las informaciones a las que tuvo acceso la BBC indican que ese momento estuvo cargado de confusión.
Los jefes de varias agencias de seguridad han sido convocados el lunes al comité de Defensa del Parlamento keniata en medio de la creciente preocupación sobre lo preparadas que estaban las autoridades para un ataque así.
El presidente de esa comisión, Ndung'u Gethenji, le dijo a la BBC que "la gente necesita saber las fracturas exactas en el sistema de seguridad que permitieron que algo así ocurriera".
Además, dijo que la población también debe entender "la anatomía de la operación de rescate en su totalidad". Son dudas que surgen entre las denuncias de confusión por quién estuvo a cargo de la operación.
Dudas
Tampoco está claro todavía cuántos militantes participaron en el ataque ni se conocen sus nacionalidades.
Pero fuentes de Al-Shabab, que ha amenazado en numerosas ocasiones con perpetrar ataques en Kenia si Nairobi no retiraba sus tropas de Somalia, le dijeron a la BBC en conversación telefónica que no revelarían los nombres de los atacantes.
Algunos corresponsales en la zona indican que hay informaciones de que el ejército tiró abajo una columna del estacionamiento para poner fin al asedio, una decisión controvertida que, de ser confirmada, abriría la puerta a la posibilidad de que no importaba sacrificar a los rehenes.
Irene Anyango, gerente de una joyería de Westgate, es una de las pocas personas que ha podido entrar al centro comercial tras el asalto.
"Fue una pesadilla... y la tienda es un lugar completamente diferente", le dijo a la BBC.
Según Anyango, el 90 por ciento de las joyas han desaparecido de la tienda que ahora está inundada.
"Hasta donde sabemos, los dos últimos días estaban intactas; no entendemos qué pasó pero ya no están", se lamenta.
Además, asegura, mucha gente no sólo se enfrenta al trauma de haber perdido familia y amigos sino también a la posibilidad de perder su trabajo.
En la mañana del viernes, el presidente Uhuru Kenyatta asistió al funeral de su sobrino y la prometida de éste en una iglesia de Nairobi. Mbugua Mwangi y Rosemary Wahito están entre las víctimas del asalto al centro comercial.
Creca de 4.000 militares keniatas fueron destinados a Somalia para ayudar a las fuerzas gubernamentales a combatir a Al-Shabab.
El grupo, que se cree que tiene entre 7.000 y 9.000 combatientes, está considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y el Reino Unido.
Sus miembros combaten por crear un estado islámico en Somalia.