El Ejército regular Libio (LNA), dirigido por el mariscal Jalifa Hafter, anunció el cese de las operaciones militares en Trípoli, trece meses después de que levantara un asedio que causado la muerte de más de 1.700 personas, heridas a cerca de 20.000 y obligado a más de 200.000 a abandonar su hogar y convertirse en desplazados internos.
En una rueda de prensa ofrecida en la ciudad de Bengasi, capital del este del país, el portavoz del LNA, comandante Ahmad al Mismari, aseguró que el cese de las hostilidades responde al inicio del mes sagrado del ayuno o Ramadán y a las demandas de la comunidad internacional, que desde hace un mes exigía una tregua humanitaria.
Y anunció que en los próximos días las autoridades políticas en el este del país emitirán una declaración constitucional, que incluye una nueva hoja de ruta "para lograr los sueños del pueblo libio".
"El pueblo solo tiene dos opciones: paz, futuro y eliminación de las milicias, o la rendición a la invasión turca", dijo el portavoz, que pidió a la comunidad internacional que acepte el nuevo marco político que trató de imponer esta semana el mariscal Hafter y "avance hacia unas elecciones justas sinceras".
"El proyecto del comando general del Ejército es un proyecto para el pueblo libio y su soberanía nacional", subrayó.
El lunes, Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido en el este de Libia y hombre fuerte del país, anunció que el Consejo Militar que preside se dispone a asumir el control político y que por tanto se desliga definitivamente del acuerdo forzado por la ONU en 2015 en la ciudad marroquí de Skhirat, que impuso la formación del actual gobierno de Acuerdo Nacional en Trípoli (GNA).
El anuncio fue calificado de golpe de Estado por el GNA, gobierno no electo pero reconocido por la comunidad internacional que cuenta con el apoyo de Turquía y Catar, y fue criticado con dureza por la UE y con menos fuerza por EEUU, Francia y Rusia, país este último principal aliado del mariscal.
A Hafter le apoyan igualmente Egipto, Jordania, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos en una conflicto que ha devenido en una guerra multinacional privatizada, sin ejércitos, librada por milicias locales y grupos mercenarios extranjeros.