El Ejército nigeriano mató en las últimas horas a más de 100 militantes de la secta islamista Boko Haram, al repeler un ataque del grupo a un pueblo del estado de Borno, en el noreste de Nigeria.
"La Fuerza Aérea está utilizando sus aviones para buscar a los terroristas que escaparon, mientras que las tropas terrestres hacen recuento en el lugar de la batalla", aseguraron fuentes militares, que relataron que los cuerpos de los integristas muertos yacían en el lugar de los hechos después de los combates.
Los enfrentamientos se produjeron ayer viernes en el pueblo de Konduga, situado a 35 kilómetros de la capital de Borno, Maiduguri, desde donde habló la citada fuente.
El portavoz del Ejército, Timothy Atigha, ha asegurado que las Fuerzas Armadas han infligido una dura derrota a Boko Haram, que pretendía con su ataque sobre Konduga usar la localidad como base para atacar posteriormente Maiduguri.
Atigha explicó que la batalla con los islamistas duró unas tres horas, y dijo que, además de más de un centenar de bajas, Boko Haram sufrió cuantiosas pérdidas materiales, de armamento y vehículos.
Boko Haram ha tomado el control de trece municipios en los estados de Borno y Adamawa, también en el noreste del país. En muchas de estas localidades, la secta radical ha declarado un califato islámico.
El grupo estaría también intentando tomar Maiduguri, ante lo cual el Ejército ha redoblado su presencia en la ciudad.
Boko Haram, que inició su campaña violenta en 2009 con el establecimiento de un Estado Islámico en el norte de Nigeria como uno de sus objetivos, ha incrementado sus ataques desde el pasado enero.
La escalada violenta ha causado 3.000 muertos y 10.000 desplazados en los últimos seis meses, según la organización Human Rights Watch.
Según el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, que declaró el estado de emergencia en los estados de Adamawa, Borno y Yobe, los terroristas han matado a 8.000 personas y herido a 12.000 desde 2009.