La epidemia que afronta África Occidental por el virus del Ébola es una de las emergencias sanitarias más complejas de los últimos años, y el mundo necesita al menos 490 millones de dólares para intentar contener los contagios, que actualmente están creciendo de forma exponencial.
Así lo advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) al presentar un informe en el que se evalúa la situación y se sugiere lo que debería hacerse para lograr contener la epidemia.
"Estamos ante la emergencia sanitaria más difícil y más compleja que hemos tenido que enfrentar en los últimos años, a causa de un patógeno muy desagradable", afirmó en rueda de prensa Bruce Aylward, director general adjunto de la OMS.
El virus del Ébola tiene un altísimo índice de mortalidad que puede llegar hasta el 90 por ciento y que actualmente se sitúa en el 66 por ciento en Guinea Conakry, el 50 por ciento en Liberia, el 40 por ciento en Sierra Leona, y el 35 por ciento en Nigeria, los cuatro países que han detectado casos en la región relacionados con una misma cepa.
Pero además de su nocividad, el principal problema es la rapidez con la que se está propagando, y sobre todo el hecho de que nos encontremos en una curva de crecimiento exponencial:
El 40 por ciento de los casos de contagio han ocurrido en las últimas tres semanas, reveló la OMS.
Y aunque hoy se anunció que los casos censados han superado los 3.000, de los cuales 1.500 personas han fallecido, la agencia sanitaria de Naciones Unidas estima que en realidad existen entre dos y cuatro veces más contagios de los registrados oficialmente.
Ante "la rápida intensidad de la transmisión" actual, la OMS se prepara para la posibilidad que el número total de infectados durante esta epidemia alcance las 20.000 personas.
"Esto no quiere decir que anticipemos este número ni que lo aceptemos, de hecho sería inaceptable, pero estamos preparados para este escenario, que sería obviamente muy malo". dijo Aylward.
"No obstante, el peor escenario sería una transmisión internacional", puntualizó el director general adjunto.
Con el plan, la OMS pretende parar la transmisión en un periodo de entre seis y nueve meses.