El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, rechazó firmar la nueva ley contra la homosexualidad aprobada en diciembre por el Parlamento, que preveía la cadena perpetua por delitos de "homosexualidad agravada" y que de este modo volverá a la cámara de legisladores.
Museveni, que justificó su decisión en la falta de quórum en el Parlamento en la votación en la que se aprobó la ley, aseguró en una carta a los diputados, que los homosexuales son personas "anormales" que "pueden ser rescatadas" a través del empleo y la emancipación económica.
"Incluso con legislación continuarán practicando la homosexualidad o el lesbianismo por dinero, de forma clandestina", agregó Museveni, que se mostró partidario de la cadena perpetua para quienes "atraen" a la juventud "normal" hacia "estos comportamientos repugnantes".
"La cuestión en el centro del debate sobre la homosexualidad es qué hacer con una persona anormal. ¿La matamos? ¿La encarcelamos? ¿O la reprimimos?", dijo el presidente sobre la polémica ley, cuya primera versión contemplaba la pena de muerte para castigar actos de homosexualidad.
Según analistas ugandeses, Museveni se negó a aprobar la ley consciente de la previsible reacción de la comunidad internacional.
Tras el rechazo del presidente, el Parlamento puede volver a enviar la ley al presidente con enmiendas o sin ellas y aunque el jefe de Estado vuelva a negarse a firmarla, la ley quedaría promulgada y entraría en vigor aún sin la firma del presidente.