El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, felicitó este viernes a los comandos que mataron el pasado domingo al terrorista más buscado del mundo, Osama bin Laden, y les aseguró que hicieron "un trabajo bien hecho".
Obama hablaba así en una alocución a los soldados que retornaron de Afganistán en la base militar de Fort Campbell, en Kentucky, donde antes de su discurso felicitó a puerta cerrada al comando que abatió al líder de Al Qaeda.
El mandatario aseguró que se trató "de una de las mejores operaciones de los servicios de inteligencia de la historia", aunque reconoció que dar el visto bueno a la misión fue "la decisión más difícil" de su vida.
"Estamos haciendo progresos en nuestra meta principal en Afganistán y Pakistán, la derrota y el desmantelamiento de Al Qaeda", explicó el presidente estadounidense, quien precisó que incluso antes de la muerte de Bin Laden, se aplicaba "más presión que nunca" sobre el liderazgo de la red terrorista.
"Vamos a tener éxito en esta misión", prometió Obama, quien recordó que los avances logrados en la guerra en Afganistán contra los talibanes, casi 10 años después de su comienzo, permitirán que en julio comience la retirada de las tropas estadounidenses del país asiático.
En la actualidad se encuentran desplegados en Afganistán cerca de 100.000 soldados estadounidenses, el triple del número presente cuando Obama llegó a la Presidencia del país, en enero de 2009.
Encuentro privado
Antes del discurso, Obama y el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, se reunieron con los integrantes del comando de Operaciones Especiales de la Marina (SEALS), los soldados que llevaron a cabo la misión que dio muerte a Bin Laden, a quienes premió con la Citación Presidencial de la Unidad, la mayor distinción otorgada hasta ahora al equipo.
Entre los presentes en el encuentro se encontraba también el comandante de los SEALS, el almirante William McRaven, a quien Obama recibió el pasado miércoles en el Despacho Oval para agradecerle el éxito de la misión.
Osama bin Laden murió el pasado domingo en una operación con helicópteros de los SEALS, que irrumpieron en la residencia donde se ocultaba el líder de la organización terrorista en Abbottabad, una localidad paquistaní cercana a Islamabad.