Alemania vivió este lunes el inicio de uno de los últimos juicios contra criminales nazis al llevar ante los tribunales de Hagen, en el oeste del país, a Sierts Bruins, de 92 años, antiguo miembro de las SS acusado de la muerte en 1944 de un miembro de la resistencia holandesa.
Los hechos se remontan al 22 de septiembre de 1944 cuando, según la acusación, Bruins participó junto a otro miembro ya fallecido de la organización nazi en la muerte de Aldert Klaas Dijkema, de 36 años y miembro de la resistencia holandesa.
El asesinato tuvo lugar en Appingedam, localidad holandesa cercana a Delfzijl, donde Bruins estaba destinado como miembro de los cuerpos policiales nazis de frontera y seguridad.
Dijkema murió tras recibir varios disparos por la espalda después de ser conducido a una fábrica abandonada.
Por este mismo crimen, Bruins -conocido como "la bestia de Appingedam"- había sido juzgado en 1949 en ausencia por un tribunal holandés y posteriormente condenado a muerte, una sentencia que luego fue luego conmutada por cadena perpetua y que nunca cumplió.
Al finalizar la guerra Bruins se trasladó a vivir a la región de Westfalia y vivió bajo un nombre falso durante tres décadas, hasta que fue desenmascarado.
En 1978 el Gobierno holandés solicitó su extradición, pero ésta no se pudo llevar a cabo ya que Bruins, de origen holandés, tiene nacionalidad alemana desde que en 1941 se afilió a las SS nazis.
Durante la primera jornada del proceso, que duró tan solo 35 minutos, el acusado se negó a contestar a las acusaciones y se limitó a confirmar sus datos personales.
Aldert Klaas Veldmann, uno de los sobrinos del resistente holandés, quiso enfrentarse a él en la vista: "Quiero mirar al acusado en los ojos. Quiero ver si tiene miedo", manifestó.
Hasta el final
Ésta no es esta la primera vez que Bruins se encuentra ante un juez en Alemania: en 1980 fue condenado a siete años de cárcel por su colaboración en la muerte de dos hermanos judíos.
El juicio en su contra se reanudará el próximo jueves.
El pasado julio el Centro Wiesenthal, que durante décadas ha luchado por llevar ante los tribunales a los criminales nazis, lanzó una campaña, que bajo el lema "tarde, pero no demasiado", ofrecía hasta 25.000 euros (equivalentes a 16,8 millones de pesos chilenos) a quien pudiese proporcionar información para encontrar a los últimos nazis que continúan con vida.