El ultraderechista Partido Nacional Democrático alemán (NPD) desafió la demanda de prohibición formalizada por la Cámara alta (Bundesrat) y vaticinó que ésta fracasará, tal como ocurrió con el proceso impulsado 10 años atrás y que fue rechazado por el Tribunal Constitucional.
El NPD se ajusta al texto constitucional, aseguró el líder de esa formación, Holger Apfel, para añadir que las posturas críticas de su partido respecto a la política de asilo son compartidas por muchos ciudadanos.
La conferencia de ministros de Interior de los 16 "Länder" -estados federados- ratificó hoy, por contra, su confianza en que la demanda prosperará e insistió en que ésta se basa en los paralelismos ideológicos entre el NPD y el partido nazi de Adolf Hitler.
El Bundesrat presentó el martes su demanda ante el Constitucional contra el NPD, principal aglutinante de los neonazis alemanes con unos 6.000 militantes.
Una prohibición no acabaría con la ultraderecha, admitió el ministro de Interior de Baja Sajonia, Boris Pistorius, pero le cerraría definitivamente la vía de la financiación pública.
Bloqueo de fondos públicos
El NPD tiene de por sí amenazada su supervivencia política, después de que unas semanas atrás se le bloqueasen, por irregularidades contables, los fondos públicos que percibía por los escaños que tiene en dos cámaras regionales, además de corporaciones municipales.
Los "Länder" apoyan su demanda en apartados del programa del NPD en que se defienden tesis como "Alemania para los alemanes" y se "lamenta" la extranjerización del país atribuida a la inmigración.
A ello se unen declaraciones xenófobas y antisemitas en mítines o actos semiclandestinos de sus miembros, muchos de los cuales tienen un amplio historial delictivo por negación del Holocausto, agitación y actos violentos.
La demanda al Constitucional sigue al proceso anterior de ilegalización, en 2003, entonces con el respaldo del Gobierno y de la Cámara baja (Bundestag), que acabó desestimado por la Corte por estar fundamentado básicamente en testimonios de confidentes policiales que a su vez actuaban de agitadores en el partido.
La actual iniciativa para ilegalizar a ese partido surgió a raíz del escándalo en torno a Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), una célula integrada por tres neonazis que durante una década asesinó impunemente a nueve inmigrantes en varios puntos del país.