Carlos Alvarado asumió este martes la Presidencia de Costa Rica para un periodo de cuatro años, con una llamado a la unidad nacional en miras a resolver desafíos "impostergables" como el déficit fiscal, y con la promesa de "trabajar duro" por todos los ciudadanos.
A sus 38 años Alvarado, periodista, escritor y politólogo, se convierte en unos de los presidentes más jóvenes de su país. Además conformó un gabinete con una mayoría de mujeres (56 por ciento) por primera vez en la historia del país.
La presidenta del Congreso, Carolina Hidalgo, juramentó hoy a Alvarado en una sesión solemne en la Plaza de la Democracia y la Abolición del Ejército, un sitio público cargado de simbolismo que se ubica al pie del último cuartel militar del país, en la actualidad el Museo Nacional, donde en 1948 el expresidente José Figueres abolió el Ejército.
"Sabemos que hoy no basta con estar orgullosos con el país que construyeron nuestros antepasados, la inercia no será suficiente. Afrontamos desafíos importantes y urgentes que no admiten postergación", expresó Alvarado en su primer discurso, tras jurar como mandatario para el periodo 2018-2022.
Siete ejes
El presidente enumeró siete ejes prioritarios de su mandato: educación, seguridad, salud, protección ambiental, movilidad e infraestructura, empleo y estabilidad fiscal.
El mandatario se comprometió a llevar el déficit fiscal de 6,2 por ciento del Producto Interno Bruto, con el que cerró el 2017, hasta un 3 por ciento al final de su mandato en 2022.
"Esta será la quinta administración que debe lidiar con este tema, con una diferencia radical: el tiempo está a punto de agotarse para hacer esta reforma, y esto pone en riesgo a la nación de cara a sus 200 años" de vida independiente, que se cumpliráN en 2021, aseveró.
Alvarado se comprometió a luchar contra la evasión y el contrabando; a reducir la informalidad laboral, recaudar mejor, usar eficientemente los recursos de la hacienda pública, así como impulsar la austeridad, una firme disciplina fiscal y un riguroso control del gasto.
El gobernante también prometió ampliar varias carreteras estratégicas, avanzar en un tren eléctrico de pasajeros en el área metropolitana, a fortalecer el liderazgo internacional de Costa Rica en materia ambiental y de derechos humanos; trabajar en un educación de mayor calidad y bilingüe, combatir el crimen organizado y la inseguridad.
Como símbolo de su compromiso con el ambiente y las energías limpias, Alvarado y su gabinete llegaron a la ceremonia en un autobús impulsado por hidrógeno y el acto oficial fue declarado carbono neutral, es decir, las emisiones que genere serán compensadas.
"Seré la mejor versión de mí"
"Recibo esta banda presidencial con plena conciencia de que es el mayor honor y una enorme responsabilidad. Seré la mejor versión de mí para llevar adelante los asuntos más importantes del país. Lo haré procurando el bienestar de todas las personas y las más humildes tendrán un eco especial en mi conciencia", manifestó.
El presidente hizo también un llamado a los partidos políticos, sectores sociales y privados a trabajar unidos para resolver los problemas del país, basados en "el diálogo y el bienestar común" y en "las cosas que nos unen".
El partido oficialista Acción Ciudadana solo contará con 10 diputados en el Congreso integrado por 57 legisladores, lo que lo obligará a negociar con las restantes seis bancadas representadas para avanzar en proyectos estratégicos.
Alvarado también juramentó hoy a su gabinete, que es multipartidista y paritario como una señal de su aspiración de construir puentes con los demás partidos y garantizar la pluralidad.
"El Gobierno del bicentenario es plural, nace de un acuerdo nacional y aspira a concentrarse en el diálogo, los entendimientos, la buena voluntad y a responder unidos a las justas aspiraciones de la ciudadanía", dijo.
A la ceremonia de investidura asistieron 2.000 ciudadanos y 108 delegaciones internacionales, entre éstas siete a nivel presidencial: Evo Morales (Bolivia), Lenín Moreno (Ecuador), Danilo Medina (República Dominica), Juan Carlos Varela (Panamá), Jimmy Morales (Guatemala), Salvador Sánchez (El Salvador) y la primera ministra de Aruba, Evelyn Wever-Croes.