Las autoridades de socorro de Guatemala elevaron a 131 los fallecidos y mantuvieron en unos 300 los desaparecidos por el deslizamiento de tierra que arrasó con un asentamiento cercano a la capital.
El desastre, considerado la mayor catástrofe natural que sufre el país en lo que va de año, ocurrió el jueves por la noche en El Cambray II, del municipio de Santa Catarina Pinula, a escasos 20 kilómetros de la capital guatemalteca.
Según cifras oficiales de la Fiscalía guatemalteca y de la estatal Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), hasta el momento son 131 los cadáveres recuperados, aunque se espera que esta cifra aumente por el gran número de desaparecidos.
La Fiscalía asegura que sólo 69 han sido identificados, y la Conred, que maneja menores cifras por seguir los protocolos, aseguró a Acan-Efe que al menos la tercera parte está sin identificar y que una veintena de ellos son menores de edad.
A media tarde, con 112 muertos, 38 estaban identificados (26 adultos y 12 menores) y 52 sin identificar (33 adultos y 19 menores de edad). La cifra restante, 22, correspondía a restos humanos de los que las autoridades hasta el momento no han podido determinar ni el sexo ni la edad, ante el mal estado de los cuerpos tras quedar atrapados en el derrumbe, por lo que no se descarta identificación por ADN.
Equipos de rescate prolongaron las tareas de búsqueda durante este lunes, aun cuando el domingo en la noche se cumplieron las 72 horas establecidas en el protocolo internacional para el rescate y pesquisa de víctimas.
"Vamos a continuar. Vamos a seguir trabajando", remarcó el secretario ejecutivo de la Conred, Alejandro Maldonado, aunque enfatizó que serán "muy exigentes" a la hora de cumplir la normativa guatemalteca para este tipo de trabajos, respetando siempre la "estabilidad, seguridad y salud" del personal de rescate.
De todos modos esta labor se tuvo que suspender durante algunas horas por las malas condiciones meteorológicas imperantes en el lugar.
En la llamada "zona cero" trabajaron 1.027 personas, aunque en el área del desastre específicamente el acceso se redujo a unas 200 por motivos de seguridad ya que las lluvias provocan que el terreno continúe muy frágil y con riesgo de más deslizamientos.
Este domingo también trabajó en el lugar un equipo de México, la primera ayuda internacional que recibió Guatemala, y continuarán "hasta que sea necesario", de acuerdo a lo consignado por la agencia Acan-Efe.