La recién electa mandataria señaló que hay que comprobar en la marcha si la planta contamina, mientras los ambientalistas preparan protesta durante la Cumbre iberoamericana de Jefes de Estado.
La presidenta electa de Argentina, Cristina Fernández, dijo que la planta que la empresa Botnia construyó en Uruguay "va a empezar a funcionar antes o después", pese a la férrea oposición de los ambientalistas.
"Habrá que comprobar si (Botnia) contamina o no. Si no contamina, las protestas no tendrán más razón. Si contamina, se deberán hacer los reclamos necesarios", señaló la primera dama de Argentina.
La mandataria electa señaló que hay que mantener la relación con Uruguay en otros terrenos, refiriéndose al litigio que enfrenta a ambias naciones por la instalación de la planta de celulosa en la ciudad de Fray Bentos.
Fernández señaló que lo único que resta es esperar el fallo de la Corte Internacional de La Haya sobre el tema y, mientras tanto, "ir manejando con prudencia las situaciones de tensión que hasta entonces puedan provocarse".
Los ambientalistas argentinos se han movilizado de diferentes formas en rechazo de la instalación de la fábrica, a la que consideran riesgosa para el medio ambiente, que incluyen bloqueos de las carretera que lleva a la planta de celulosa y accesos cortados hacia ciudades a ambos lados del río.
Incluso los ambientalistas tienen preparado un viaje a Santiago para protestar por la nstalación de la papelera durante el desarrollo de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado que se celebrará entre el 8 y 10 de noviembre en Chile.
La inversión de 1.200 millones de dólares que realizó la empresa finlandesa Botnia para la construcción de la planta es la mayor individual en la historia de Uruguay. (EFE)
