Dos años de un desvío obligado
La papelera de la finesa Botnia mantiene en conflicto a argentinos y uruguayos.
La Asamblea de Gualeguaychú bloquea permanentemente la Ruta 136.
La papelera de la finesa Botnia mantiene en conflicto a argentinos y uruguayos.
La Asamblea de Gualeguaychú bloquea permanentemente la Ruta 136.
Este jueves se cumplen dos años de la cara más visible del conflicto que mantienen Uruguay y Argentina por la instalación de la papelera finlandesa Botnia del lado uruguayo del río Uruguay, límite natural entre los dos países.
El 20 de noviembre de 2006, un grupo de argentinos -integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú- comenzó a bloquear de forma permanente la Ruta 136, uno de los tres pasos fronterizos terrestres que une Gualeguaychú, en Argentina, con Fray Bentos, en Uruguay.
"Este corte es la única forma que tenemos de que los dos gobiernos se den cuenta del mal que está haciendo esta empresa a todo su entorno, porque con la contaminación no va a quedar nada", le dijo a BBC Mundo uno de los cuatro asambleístas que montaba guardia en la frontera en el momento en que llegamos al lugar del bloqueo.
El grupo alega que la papelera, que produce celulosa desde noviembre de 2007 en Fray Bentos, contamina la región, algo que Botnia y el gobierno uruguayo niegan.
En Argentina, la Secretaría de Ambiente de la Nación encargó estudios de medición a varias universidades, pero el gobierno decidió no dar a conocer los resultados por ahora.
Estudios realizados luego de los primeros seis meses de operación de la planta -por la propia empresa, la Dirección Nacional de Medio Ambiente de Uruguay y consultoras ambientales independientes, como la canadiense Ecometrix- indicaron que no se pudo comprobar ninguna modificación en la calidad del agua del río Uruguay ni del aire.
¿Confiar o no confiar?
Los asambleístas desconfían de esos informes y encargaron estudios a profesionales de la zona, con la esperanza de hallar pruebas que demuestren lo contrario.
"En mi opinión, Uruguay y Botnia manipulan los coeficientes de contaminación para quedarse en el lugar", afirmó otro integrante del movimiento que bloquea el paso fronterizo.
Muchos habitantes de Gualeyguachú apoyan a la Asamblea y también abrazan la teoría de que Botnia afecta negativamente a la región.
"Habría que ver muy bien los estudios que muestran que no hay contaminación", le dijo a BBC Mundo Julián Madorno, comerciante de la principal zona céntrica de la ciudad.
"Yo creo que sí existe contaminación, y si no existe hoy va a existir mañana; a la larga, el río se va a contaminar", aseguró.
Dudas
Del lado uruguayo, muchos habitantes de Fray Bentos confían en lo que les asegura su gobierno.
"No creo que nos engañen y nos digan que Botnia no contamina si está contaminando", aseguró Rubén Panizza.
Sin embargo, algunos mantienen un dejo de incertidumbre. Blanca Rainieri señaló que "todos tenemos un poquito de miedo".
"Aunque uno confía en que nuestro gobierno no va a permitir que nos contaminen, siempre hay una pequeña duda", admitió.
A largo plazo
Lo que muchos se preguntan es cuándo se podrá saber, con certeza, los posibles efectos de las emisiones de la planta papelera.
El decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, Jorge Aliaga, sostiene que "hay que esperar por lo menos un par de años" para tener resultados serios sobre contaminación.
Dos investigadores independientes que siguen los estudios ambientales en curso, le dijeron recientemente al diario argentino La Nación que una contaminación considerable ya habría dejado pruebas y huellas contundentes.
"Si hubiera habido contaminación en el río, debería haber aparecido mortandad de peces o coloración del agua", dijo Alberto Venica, doctor en Ciencias de la Madera y Papel de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos.
"Y si hubiera habido mayores problemas en el aire, los olores hubieran sido insoportables de manera sostenida", agregó.
Relaciones tensas
La incidencia de la papelera Botnia en el medio ambiente de la región es una de las aristas del conflicto diplomático que, desde hace cinco años, mantienen Uruguay y Argentina, pero no la única.
También está en juego la legalidad de la instalación de la planta sobre un límite natural compartido.
Argentina denunció a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Holanda, por presunta violación del Tratado del Río Uruguay, alegando que no consultó a su gobierno sobre la intención de instalar plantas papeleras en la zona fronteriza.
Uruguay sostiene que autorizó la instalación de Botnia con la anuencia de la cancillería argentina. El fallo del organismo está previsto para 2010.
Derivaciones políticas
El conflicto ha tenido también otras derivaciones políticas.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó la candidatura del ex mandatario argentino Néstor Kirchner como secretario general de la Unión de Países Sudamericanos (Unasur).
El gobernante dijo que cambiaría de opinión si la presidenta Cristina Fernández interviniese para levantar los cortes de ruta que, según Uruguay, le significan pérdidas económicas millonarias.
Aunque ha habido rumores de que el gobierno argentino estaría dispuesto a tomar acción para que los asambleístas levanten el bloqueo -incluso así lo manifestó el canciller uruguayo Gonzalo Fernández tras un encuentro con la presidenta argentina en Nueva York- no se han emitido declaraciones oficiales al respecto.
"Hasta el final"
En Fray Bentos y Gualeguaychú, las ciudades fronterizas más afectadas por el corte de ruta, muchas personas cuestionan la efectividad del bloqueo como medida de protesta.
"Cada cual tiene derecho a opinar y defender sus derechos, pero cortando el tránsito perjudican tanto a Fray Bentos y Gualeguaychú como a todo Uruguay y Argentina", señaló la fraybentina Rainieri.
"Lo que yo veo es que el corte ya no tiene sentido, pero sí seguir luchando. De qué forma no sé, pero hay que seguir luchando", indicó una residente de la argentina Gualeguaychú a BBC Mundo.
Por su parte, los asambleístas están determinados a continuar bloqueando el paso.
"Esto lo tenemos que defender hasta el final. Hasta que se vayan de acá (las papeleras) o hasta nuestro final", concluyó Isabel, otra asambleísta, junto a la barrera que impide el desplazamiento de vehículos en la ruta 136.