Alrededor de 4.500 personas evacuadas en el norte de Argentina por la crecida en febrero de un río en Formosa, gran parte de ellas pertenecientes a comunidades aborígenes, reclamaron este domingo "ayuda" para retomar sus hogares, ya que se encuentran tapados por barro y no pueden regresar a ellos.
Los evacuados por las inundaciones del pasado febrero provocadas por la crecida del río Pilcomayo y que afectó a diferentes comunidades del oeste de la provincia argentina de Formosa denuncian que hay localidades con zonas enterradas bajo la tierra mojada.
"Es desesperante nuestra situación. El sedimento hizo desaparecer el cementerio, el centro de salud, la escuela, el templo evangélico y las viviendas, todo está con barro hasta la mitad", dijo a la agencia estatal Télam uno de los afectados por la crecida del Pilcomayo.
Registros oficiales indicaron que el río sufrió una crecida histórica este año.
Escuelas y centros de salud perdidos
El gobierno de la provincia declaró, según informó este domingo Télam, que "los equipos de trabajo continúan en las áreas afectadas y se evalúan lugares altos para reubicar a los evacuados".
"Se perdieron en forma definitiva más de una docena de infraestructuras equipadas, sobre todo escuelas y centros de salud, unos 40 kilómetros de redes eléctricas y unas 300 viviendas", especificaron desde el gobierno provincial.
Sin embargo, los vecinos acusaron que aunque reciben ayuda en los centros de evacuados, no es "ayuda suficiente".