El fiscal argentino Alberto Nisman, quien denunció a la mandataria del país, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de terroristas, estaba arrodillado cuando recibió el tiro que le mató, según las conclusiones de los peritos contratados por su ex mujer para investigar la muerte.
A partir de fotografías, videos y visitas a la vivienda donde fue hallado muerto el pasado 18 de enero, los peritos de la querella dedujeron que el fiscal estaba frente a la bañera y "probablemente" tenía "un atacante ubicado detrás", conclusiones que contradicen las del peritaje oficial.
Los expertos contratados por la querellante y ex mujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, aseguraron haber descubierto manchas "lavadas" en la llave y el lavadero del baño del fiscal, según publicó este jueves el periódico La Nación.
Además, sostuvieron que la ausencia de restos de pólvora en la mano derecha del fiscal se debía a que hubiese algo tapándola, como un "objeto o una mano".
Estas conclusiones difieren de las de la autopsia oficial, que rechazaron la participación de terceras personas en el deceso del persecutor.
La fiscal a cargo de la investigación, Viviana Fein, convocó a los peritos de la parte querellante y evalúa solicitar una Junta Médica tras interrogarlos.