El jefe de gabinete de Argentina, Marcos Peña, dijo que la previsión oficial de crecimiento económico para este año fue revisada a la bajada, a un 1 por ciento, por el impacto de la sequía, el alza del precio internacional del petróleo y las turbulencias en los mercados financieros.
"Aún teniendo en cuenta el muy buen desempeño de la economía en el primer trimestre del año, revisamos a la baja el pronóstico de crecimiento para 2018, del 3 por ciento a alrededor del 1 por ciento", dijo Peña al presentar su informe de gestión en el Senado.
Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, la actividad económica en Argentina registró en abril pasado una bajada del 0,9 por ciento con respecto a igual mes de 2017 y una caída del 2,7 por ciento respecto a marzo último, un desempeñó que Peña achacó a los efectos de la sequía.
En el primer cuatrimestre del año, el indicador acumuló un crecimiento del 2,4 por ciento.
"La actividad económica se contrajo 0,9 por ciento como consecuencia de la caída del 31 por ciento del sector agropecuario, pero el resto de los sectores siguieron mostrando crecimiento. Excluyendo al sector agropecuario, la actividad económica en abril creció un 3,3 por ciento", aseguró Peña.
Con todo, reconoció que "en los últimos meses hubo tres factores que complicaron la economía: la sequía, la más intensa en años, que condujo a una fuerte caída en la producción agrícola y los ingresos por exportación; el alza del precio mundial del petróleo; y, especialmente, una fuerte volatilidad en los mercados financieros internacionales".
Indicó que el impacto más fuerte de la sequía se observa en el segundo trimestre de este año, "cuando el peso del sector agropecuario de la economía es mayor".
Precisó que la sequía implicó una pérdida de "algo más de un punto de crecimiento real del PBI y una reducción de las exportaciones equivalentes a 8.500 millones de dólares".
Señaló que además la subida del precio internacional del petróleo tuvo un impacto negativo "considerable" en la economía, impulsando incrementos en el precio doméstico de los combustibles mayores a los esperados y "esto generó presiones inflacionarias adicionales durante los primeros mese del año".
A ello se sumó, según Peña, la volatilidad internacional en los mercados, que "presionó sobre la moneda" argentina, "generó ansiedad en el mercado" acerca de la renovación de las Letras del Banco Central (Lebac) de Argentina e "incrementó la prima de riesgo soberano" del país.