La justicia argentina anunció que cuentan con decenas de horas de llamadas grabadas y documentos que vinculan a la viuda y al hijo del fallecido capo Pablo Escobar con una gran operación de lavado de activos del narcotráfico que les puede costar hasta 10 años de prisión.
Según los tribunales trasandinos, María Victoria Henao, ahora bajo el nombre de María Isabel Santos, y Juan Pablo, conocido como Juan Sebastián Marroquín, le abrieron las puertas del sistema financiero argentino al capo y enemigo de Escobar en vida, José Bayron Piedrahíta.
Según la causa, Piedrahita Ceballos ingresó al mercado financiero argentino una millonaria suma de dinero que se sospecha "obtuvo por medio de las maniobras narcocriminales que llevó adelante desde -cuanto menos- la década de 1990".
Aunque inicialmente se creía que los Escobar habían sido presionados a ayudar a Piedrahíta, hay evidencia de que ellos le cobraron al capo por relacionarlo con el abogado y empresario inmobiliario Mateo Corvo Dolcet, el artífice de la operación de lavado.
Para dejarlos al descubierto, las autoridades argentinas intervinieron nueve líneas telefónicas y rastrearon cuentas en 3 bancos. Además escarbaron en las contabilidades de 5 empresas porteñas. Allí quedó el rastro de cómo los Escobar y el ex jugador del Boca Juniors Mauricio 'Chicho' Serna ayudaron a Piedrahíta a blanquear su fortuna.
Por hacer el contacto, los herederos de Escobar acordaron recibir una comisión del 4,5 por ciento de la inyección de capital. Las autoridades tienen el documento en el que se pactó el acuerdo.
De acuerdo con la justicia argentina, se alcanzaron a mover casi 3 millones de dólares (cerca de 1,9 mil millones de pesos) gracias a la intervención de los herederos de Escobar –hoy libres– y del empresario argentino, con medida de casa por cárcel.
Debido esto, un tribunal trasandino dejó a los familiares de Pablo Escobar 'ad portas' de una condena hasta de 10 años.