El fiscal argentino Alberto Nisman, quien acusó a la ex presidenta Cristina Fernández de encubrimiento de terroristas, apareció muerto en un escenario que sus supuestos asesinos prepararon para simular un suicidio, según los detalles de un informe de la Policía a los que accedió este lunes EFE.
El cadáver de Nisman se encontraba en el baño de su casa en Buenos Aires con una bala en la sien que fue disparada desde una pistola de calibre 22 por uno de sus atacantes, mientras el otro lo sostenía por las axilas "como en un abrazo", tras haber sido colocado previamente frente a la bañera, detalló la investigación ahora en poder de la justicia.
Además, fruto de los golpes recibidos por sus supuestos verdugos, el fiscal tenía el tabique nasal fracturado y hematomas en el estómago, la cadera y otras partes del cuerpo, detallan los resultados del informe, que también halló en el cadáver restos de ketamina, una droga que funciona como un potente anestésico.
Este informe fue solicitado por el fiscal del caso, Eduardo Taiano, a expertos de la Gendarmería, un cuerpo de las fuerzas de seguridad que no había estado involucrado en las anteriores pericias, que fueron muy cuestionadas al apuntar a que la muerte de Nisman había sido un suicidio.
Según fuentes jurídicas, la mayor dificultad para esclarecer lo que sucedió en el departamento de Nisman es la contaminación de la escena, ya que más de 60 personas caminaron por ella sin cuidado durante horas tras la aparición del cadáver.
Además, buena parte de las cámaras de seguridad del edificio, en el lujoso barrio de Puerto Madero en Buenos Aires, no funcionaban desde días antes de los hechos y su teléfono móvil y su computados habían sido manipulados para ocultar pruebas, algo que investigan actualmente por separado peritos informáticos.
En enero de 2015, pocos días antes de su fallecimiento, Nisman, que investigaba el atentado a la mutual judía AMIA en 1994, había acusado a la entonces presidenta argentina, Cristina Fernández, y a su canciller Héctor Timerman de encubrir a los supuestos autores iraníes del atentado.
El fiscal sostenía que un acuerdo suscrito entre Argentina e Irán en 2013 y que el Gobierno de Fernández aseguraba que era para avanzar en el esclarecimiento del ataque, buscaba en realidad proteger a los acusados con el fin de mejorar la relación bilateral comercial, algo que la expresidenta siempre ha negado.