El presidente argentino, Mauricio Macri, cerró este sábado un retiro de trabajo con los miembros de su Gabinete en el que se acordaron 100 objetivos estratégicos para cumplir en 2017, relacionados con temas como mejorar la estabilidad macroeconómica o profundizar los vínculos del país con el mundo.
En rueda de prensa tras disolver el encuentro, el mandatario enfatizó que, aunque aún hay muchas cosas que "cambiar" en el país, el equipo de Gobierno se va a "focalizar" en un centenar de metas prioritarias porque "no todo es lo mismo".
Los propósitos, que abarcan a todos los ministerios y tendrán un control especial desde la cabecera del Ejecutivo, engloban áreas como el fortalecimiento de la economía sobre la base de garantizar el empleo y de atraer inversiones, la mejora de las instituciones y el desarrollo sostenible o distintos principios sobre seguridad e inserción inteligente en la comunidad internacional.
En estas jornadas de trabajo, que comenzaron el jueves pasado con todos los funcionarios concentrados en un complejo turístico de Chapadmalal, provincia de Buenos Aires, el Gobierno argentino hizo también un repaso de su trabajo durante este 2016, a menos de diez días de cumplirse el primer aniversario de la asunción de Macri.
"Me preocupa, ante todo, que ratifiquemos este compromiso de servicio público, de estar cerca de la gente. La frase de cabecera es no aflojen", resumió esta jornada Macri como mensaje del encuentro.
El presidente también ratificó que puntuaría su primer año en la Casa Rosada con un 8, tal y como había afirmado esta semana en una entrevista,
"Para mí ocho es una buena nota claramente. Marca también que uno puede y debe seguir mejorando pero está basada en que hemos alcanzado cosas importantes en este año", opinó.
"Esto es un proceso"
También argumentó que, durante la campaña electoral, se generaron "expectativas de cambio mágico" respecto a sus promesas y que, en ocasiones, el Gobierno no supo gestionar bien la "ansiedad" y los "tiempos".
En ese sentido, puntualizó que él nunca dijo que fuera un líder "infalible", subrayó que cuando cometieron errores rectificaron y llamó a alejarse de las figuras de los "líderes mesiánicos".
"Cualquier atajo que queramos tomar nos vamos a volver a dar la piña (golpe)", recalcó añadiendo que "lo central del aprendizaje del 2016, para mí y tal vez en mayor medida para aquellos que estaban por primera vez en la función pública, es que esto es un proceso".
Macri también manifestó estar "contento" con su equipo por lo que, por el momento, no se plantea realizar modificaciones en él.
Además, señaló que 2017 será el año en que Argentina volverá "a crecer" por primera vez en cinco años, después de un 2016 dedicado a "sincerar" las "bombas en la economía" que había dejado el kirchnerismo, que gobernó entre 2003 y 2015.