Un joven de 25 años fue condenado este lunes a cadena perpetua por el homicidio en 2015 de la activista transexual Diana Sacayán en Argentina.
El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 4 de Buenos Aires consideró a Gabriel David Marino culpable de un "homicidio agravado por violencia de género y odio a la identidad de género", en la que es la primera sentencia en el país que tiene en cuenta esos factores en este tipo de crimen, conocido como "transcidio".
El martes 13 de octubre de 2015 se encontró, en el departamento en el que vivía del barrio porteño de Flores, el cuerpo sin vida de Sacayán, de 39 años, atado de manos y pies, amordazado y presentando signos de haber sido víctima de un hecho con alto grado de violencia.
El fin de semana anterior la activista tenía previsto asistir al Encuentro Nacional de Mujeres en la ciudad costera de Mar del Plata, pero su ausencia provocó que sus amistades la llamaran, sin encontrar respuesta.
Según la investigación, Marino había conocido a la víctima en unas reuniones en un centro donde se brindaban charlas para la recuperación de adicciones.
Los fundamentos de la sentencia se conocerán el próximo 6 de julio.
Los fiscales encargados del caso, Ariel Yapur y Mariela Labozzetta, recalcaron "el altísimo grado de violencia guarda relación directa con la identidad de género travesti y su militancia" y agregó que el ataque "estuvo orientado en afectar a la víctima en los lugares que conforman su identidad como mujer travesti".
El fiscal Yapur aseveró que los homicidios "por odios" son "especialmente brutales en comparación con el resto", así como que los ataques contra las personas que integran el colectivo LGBTI "exhiben altos niveles de violencia y crueldad".
Sacayán, representante de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas y referente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, tuvo una extensa trayectoria en pro de los derechos de las personas transexuales y su trabajo contribuyó a la prosperidad del colectivo en el país austral.
En 2012, tras promulgarse la Ley de Identidad de Género, fue la primera transexual en recibir de manos de la entonces presidenta, Cristina Fernández (2007-2015) su nuevo DNI, en el que constaba su cambio de nombre y género.