En el acto político religioso participaron destacadas figuras de la oposición que se opone a cambiar el sistema presidencialista por otro parlamentario y federalista como propone la presidenta Gloria Macapagal Arrollo.
Unas 150.000 personas, según los organizadores, asistieron este domingo a la misa-manifestación convocada en Manila por la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) para expresar su rechazo a los intentos del Gobierno de enmendar la Constitución.
El acto, que se desarrolló en el Parque Rizal de la capital filipina, estuvo protegido por unos 15.000 agentes de la Policía, cuerpo que cifró el número de asistentes en 40.000.
La vigilia estuvo presidida por el arzobispo de Manila, Gaudencio Rosales, que dijo en su homilía que la Iglesia no se opone a un cambio constitucional, siempre que respete la ley y tras las elecciones legislativas del próximo mayo.
El Gobierno, que había criticado el mantenimiento del acto tras la retirada esta semana del proyecto de alterar la Constitución, había condicionado su celebración a la no intervención en el mismo de los líderes de la oposición.
No obstante, se pudo ver en lugares destacados a figuras de la oposición como el senador Franklin Drillon o al congresista de la izquierda Satur Ocampo, así como a la ex presidenta Corazón Aquino, otra de las voces contra el cambio de la Constitución.
Ocampo estaba acompañado de cientos de seguidores de Bayan Muna, partido al que representa, que tras la manifestación religiosa marcharon hacía el Palacio de Malacañang, la sede del Gobierno.
La vigilia se decidió el pasado día 6 mientras la Cámara Baja del Parlamento debatía una resolución que permita la convocatoria de una asamblea constituyente para modificar la Carta Magna, de 1987, medida que se aprobó al día siguiente.
Días después, y ante la fuerte controversia creada, el presidente del Congreso de los Diputados de Filipinas, José de Venecia, anunciaba la retirada de la resolución para convocar una Asamblea Constituyente con el fin de enmendar la Constitución.
La oposición acusa a la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, de querer perpetuarse en el poder por medio de la modificación de la Carta Magna y de haber amañado las elecciones de mayo de 2004.
Macapagal Arroyo encabeza un movimiento para cambiar el sistema presidencialista actual por otro parlamentario federalista como única manera de acabar con la corrupción. (EFE)
