La Policía Nacional de Filipinas informó este viernes de la suspensión de tres agentes envueltos en la muerte de un estudiante el miércoles dentro de la campaña contra las drogas del presidente del país, Rodrigo Duterte, y que lleva más de 7.000 muertos.
El jefe de la oficina de la policía manileña, Oscar Albayalde, aseguró en declaraciones a la emisora de radio dzBB que se ha abierto una investigación y calificó de un "hecho aislado" la muerte de Kyan delos Santos, de 17 años, en Caloocan, uno de los municipios que forman Metro Manila.
La versión oficial de los hechos ocurridos en las operaciones policiales llevadas a cabo el 16 de agosto señala que Delos Santos escapó cuando se aproximaban los agentes y luego disparó contra ellos durante la persecución.
La policía recobró del cadáver del estudiante una pistola del calibre 45 y droga.
No obstante, la familia de la víctima sostiene que el joven era un estudiante que no tomaba drogas y que no tenía armas.
Duterte califica de "algo magnífico" la operación
Al menos 72 personas han muerto esta semana en las decenas de operaciones policiales llevadas a cabo en Metro Manila y la provincia de Bulacan, al norte de la capital, como parte de la "guerra" contra las drogas de Duterte.
El polémico mandatario filipino calificó el miércoles de "algo magnífico" la operación en Bulacan, que se saldó con 32 muertos y 107 detenidos.
"Matemos a otros 32 todos los días y quizá así podamos reducir lo que aflige a este país", manifestó el gobernante de 72 años, quien ganó las elecciones presidenciales de 2016 con la promesa de acabar con el problemas de las drogas en Filipinas en seis meses.
A los muertos en la operación de Bulacan se sumaron 26 víctimas mortales más el miércoles en acciones policiales en Metro Manila y otras 14 más el jueves, de nuevo en la región de la capital.
La campaña antidroga de Duterte comenzó el mismo día de su investidura, el 30 de junio de 2016, y se ha cobrado desde entonces más de 7.000 muertos, de los cuales 3.451 personas murieron en 68.214 operaciones policiales, que aportaron además 96.703 arrestos, según datos oficiales que no incluyen las víctimas de esta semana.
El resto de los muertos se produjeron a manos de grupos de autodenominados "vigilantes".
Organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos han criticado duramente la "guerra" de Duterte.