Miles de nepalíes celebraron acuerdo entre el Gobierno y los maoístas
Los guerrilleros comunistas comenzaron a acantonarse para dejar las armas, mientras se forma un gobierno interino que organizará elecciones democráticas.
Los guerrilleros comunistas comenzaron a acantonarse para dejar las armas, mientras se forma un gobierno interino que organizará elecciones democráticas.
Miles de personas salieron este miércoles a las calles de Nepal para celebrar el histórico acuerdo de paz firmado el martes entre el Gobierno y la guerrilla maoísta, que ha puesto fin a una guerra civil de 10 años que ha causado más de 10.000 muertos.
Muchos edificios de Katmandú y casas particulares aparecían este miércoles llenos de luces eléctricas y velas encendidas para mostrar la alegría de la gente y la bienvenida a la que se espera sea una nueva etapa en la historia del país.
El Gobierno de Nepal, que consideró que "ha empezado una nueva era", declaró día festivo nacional para celebrar el acuerdo, aplaudido de forma unánime por los líderes políticos nepalíes, los rebeldes y la comunidad internacional.
El secretario general del Partido Comunista de Nepal-Marxista Leninista Unificado (CPN-UML), Madhav Kumar, destacó que el pacto permitirá "cumplir los deseos de la población de obtener una paz y estabilidad duraderas".
En la misma línea, el presidente del Partido del Congreso Nepalí (NCP), Sher Bahadur, mostró su satisfacción e instó a que el acuerdo se aplique de forma "sincera" para lograr aprovechar la oportunidad de encauzar el país por la vía de la prosperidad.
El mismo optimismo lo compartía buena parte de la población de Katmandú, la capital: "Al fin tenemos paz. Ahora la gente podrá continuar con sus vidas", señalaba Meena Duwadi, un ama de casa que no ocultaba su esperanza.
También el resto de los ciudadanos del país expresó su alegría por el fin de la violencia, con manifestaciones espontáneas de júbilo en las calles de la capital y de otras localidades nepalíes.
En Biratnagar, el pueblo natal del primer ministro, Girija Prasad Koirala, tuvo lugar una congregación de manifestantes con velas encendidas, así como en la localidad de Dang, al oeste de Nepal, una zona especialmente castigada por este largo conflicto.
Mientras tanto, grupos de guerrilleros maoístas se fueron presentando en los siete campamentos designados para acantonarse y cumplir así con el tratado de paz.
"Estoy muy contento con el acuerdo", dijo Avinash, uno de los guerrilleros que se dirigía a un campamento en el sur del país, que sin embargo advirtió de que "la guerra con armas ha terminado, pero la confrontación de ideas continuará".
Los campamentos destinados a acoger a los insurgentes, sin embargo, carecen por ahora de las mínimas instalaciones, y hasta que se acondicionen como es debido los excombatientes deberán dormir en tiendas de campaña hechas de plástico.
"Por ahora hemos destinado a ello 100 millones de rupias (1,2 millones de euros aproximadamente)", aseguró el ministro de Economía, Ram Saran Mahat, antes de precisar que esa cantidad crecerá cuando las Naciones Unidas entren a colaborar en el proceso.
En virtud del acuerdo firmado el martes, la guerrilla maoísta depositará sus armas en almacenes y acantonará a sus hombres para entrar a formar parte de un Parlamento y un Gobierno interinos hasta la celebración de elecciones, a mediados de junio próximo.
De esos comicios, saldrá una Asamblea Constituyente encargada de decidir si la Monarquía es abolida y reemplazada por una República.
Los principales partidos políticos subrayaron su satisfacción por el acuerdo, que calificaron de "histórico", y consideraron que abre una ventana de oportunidades para el futuro del país.
Las negociaciones entre los rebeldes y el Gobierno empezaron después de que, el pasado abril, una revuelta popular apoyada por los maoístas y en la que murieron 19 personas obligó al rey Gyanendra a renunciar a sus poderes absolutos y restaurar el Parlamento.
Los maoístas de Nepal luchaban desde 1996 para derrocar a la monarquía de Katmandú e imponer un régimen comunista. (EFE)