Las autoridades de Tailandia elevaron a 567 los muertos por las inundaciones que mantienen anegadas una veintena de provincias desde hace más de tres meses y parte de los barrios periféricos de Bangkok desde principios de octubre.
El agua aún afecta a 20 provincias del centro y noreste, con más de 5 millones de damnificados, indicó el Departamento de Prevención y Mitigación de Desastres.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, ofreció ayer en Bangkok una ayuda de 11 millones de dólares para proyectos de rehabilitación y programas de asistencia humanitaria a los damnificados por las graves inundaciones.
Parte de la ayuda económica ofrecida por Washington se dirigirá a rehabilitar comisarias de Policía dañadas por las inundaciones que han afectado a la meseta central y a restaurar las centenarias ruinas de Ayuthaya, la antigua capital.
Las autoridades confían en drenar la mayor parte del agua de Bangkok en las próximas dos semanas, aunque algunas zonas al oeste de la capital podrían estar inundadas hasta enero.
La estrategia del Ejecutivo de la primera ministra, Yingluck Shinawatra, ha sido mantener a salvo a Bangkok y, cuando el agua llegó a los barrios periféricos, conservar seco el centro comercial y financiero.
Además de anegar siete parques industriales en el país, el caudal que desciende desde el norte ha inundado varias universidades y colegios, lo que ha obligado a retrasar el inicio de las clases, y obligado a cientos de miles de personas a vivir en centros de evacuación.
Las inundaciones comenzaron el pasado julio con el desbordamiento de ríos y pantanos del norte y la región central a raíz de las copiosas lluvias del monzón y de tres tormentas tropicales seguidas.