El presunto abandono de un matrimonio australiano a un bebé con síndrome de Down gestado en un vientre de alquiler en Tailandia sigue desatando comentarios de todo tipo en ambos países y poniendo en cuestión el papel de las autoridades.
Los ánimos de la opinión pública se caldearon aún más en las últimas horas, cuando medios australianos informaron que el padre del pequeño fue declarado culpable de abuso sexuales de menores en dos ocasiones en la década de los 90, asunto que los servicios sociales de Australia empezaron a investigar.
El matrimonio australiano tiene a su cuidado una niña sana de siete meses, mientras que su hermano mellizo, Gammy, con síndrome de Down, permanece con su madre tailandesa, Pattaramon Chambua.
Oficiales de los servicios sociales australianos visitaron la casa del hombre y su esposa en la localidad de Bunbury, en el sur de Perth, para comprobar los cuidados que recibe la niña recién adoptada, hermana del menor abandonado.
Según detallaron los medios australianos, el hombre, de 56 años, cumplió una pena de prisión tres años cuando rondaba la veintena de edad y otra de 18 meses en 1997 por molestar a seis niñas menores, circunstancias conocidas por su actual mujer.
Versiones opuestas
Pattaramon Chambua pasa los días en un hospital privado de la provincia de Chomburi a la espera de que los médicos den de alta al bebé, mientras el personal sanitario intenta ejercer de filtro frente a las decenas de periodistas que acuden a diario a verla.
La madre tailandesa, según declaró a la cadena australiana ABC en un programa que se emitió el sábado pasado, recibió 16.000 dólares australianos (unos 8,5 millones de pesos chilenos) por ejercer de vientre de alquiler, pero no tiene dinero suficiente para afrontar los gastos médicos de Gammy.
El relato que ofrece Pattaramon a la prensa es el de una mujer engañada por el matrimonio australiano y que carece de medios para sacar adelante al hijo que ellos no quisieron.
"Vinieron al hospital para ver a la niña, pero nunca miraron a Gammy a la cara ni lo tomaron en brazos", aseguró la tailandesa en una rueda de prensa, en la que apuntó la posibilidad de demandar a la pareja australiana.
Los padres habían permanecido en el anonimato hasta hoy, cuando las persecución mediática acabó por revelar sus nombres tras un goteo de declaraciones en las que siempre negaron haber abandonado al recién nacido.
Algunas de las explicaciones que ofreció el matrimonio australiano a los medios de su país fueron que el doctor nunca les informó de la existencia de un mellizo, que las barreras idiomáticas complicaron la comunicación y luego tuvieron imposibilidad de contactar con la clínica que ejerció de intermediaria, porque ésta cerró.
Para complicar aún más el drama en torno al bebé, un amigo de la pareja salió en su defensa y acusó a Pattaramon de "engañar" a la prensa y ofreció una nueva versión al diario Canberra Daily, en la que mantiene que los médicos dijeron a los padres que el niño con síndrome de Down no sobreviviría.
Implicancias políticas
Una campaña de solidaridad comenzó en Australia para asistir al bebécon síndrome de Down que, según ellos, sufre además una afección cardíaca y que ha recaudado hasta la fecha 215.000 dólares (116 millones de pesos chilenos).
Un portavoz del hospital donde está ingresado Gammy indicó a la agencia EFE que el electrocardiograma muestra una actividad normal y confirmó que fue tratado por una neumonía.
La controversia levantada por el caso ha obligado a los gobiernos australiano y tailandés a prometer controles más rigurosos sobre este tipo de prácticas.
Los vientres de alquiler se encuentran en una situación de alegalidad en Tailandia, ya que no existe una legislación vigente ni sentencias de casos específicos, a excepción del Código Civil, que recoge que el recién nacido pertenece a la mujer que da a luz.
Los posibles cambios en las leyes de maternidad subrogada en Tailandia han creado una gran incertidumbre en las parejas que se encuentran inmersas en el proceso de tener un hijo por este método.
El Gobierno australiano, por su parte, ha anunciado que incrementará los controles sobre maternidad subrogada, que actualmente ya está prohibida en tres estados del país, según la cadena ABC.
Mientras crece la polémica a su alrededor, algunos medios aseguran que Pattaramon podría ser acusada por ejercer de vientre de alquiler.
Sin embargo, la mujer tailandesa dice estar más preocupada por las acusaciones sobre abuso de menores que han surgido sobre el padre biológico y, cuando se le pregunta, exclama indignada: "Si eso es verdad, quiero a mi hija de vuelta".