Atentado dejó herido, pero estable, al presidente de Timor Oriental
José Ramos Horta fue alcanzado por una bala en el estómago, mientras estaba en su residencia, mientras que el primer ministro salvó ileso de un ataque similar.
José Ramos Horta fue alcanzado por una bala en el estómago, mientras estaba en su residencia, mientras que el primer ministro salvó ileso de un ataque similar.
El presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta, resultó herido en un atentado en su domicilio, mientras el primer ministro, Xanana Gusmao, salió ileso de otro ataque, en un rebrote de la violencia en este joven país.
Ramos Horta se encuentra estable tras haber sido operado de urgencia por médicos australianos en una base militar en la capital, Dili, y en las próximas horas será trasladado a Darwin, Australia, para continuar su tratamiento, según medios locales.
El mandatario fue víctima de un ataque por parte de un grupo de militares renegados, encabezados por el comandante Alfredo Reinado, quien murió en el atentado junto a un guardia de la residencia del jefe del Estado.
Por su parte, los mismos rebeldes también intentaron en una operación similar acabar con la vida de Gusmao cuando éste se desplazaba en un automóvil a su despacho en Dili, pero nadie resultó herido, pese a que dispararon contra el vehículo.
En el primer ataque, ocurrido sobre las 06:00 hora local (19:00 GMT del domingo), dos automóviles pasaron frente al domicilio de Ramos Horta y dispararon, alcanzando una bala el estómago del dignatario.
Tras los ataques, las fuerzas de Naciones Unidas (ONU) en Timor Oriental acordonaron ambas residencias y la seguridad fue reforzada en la capital y otras zonas.
Por su parte, el Gobierno de Australia pidió a sus ciudadanos que no viajen a Timor, pues teme que se desate otra ola de violencia como la de mediados de 2006, que puso al país al borde la guerra civil y dejó 37 muertos y más de 100 mil desplazados.
En aquella ocasión, la crisis también obligó al despliegue de una fuerza multinacional y provocó la dimisión del entonces primer ministro, Mari Alkatiri.
La ola de violencia fue desencadenada por el despido del Ejército de 600 militares rebeldes encabezados por Reinado, que denunciaron corrupción y nepotismo en el seno del cuerpo.
La pequeña nación, de menos de un millón de habitantes, obtuvo la independencia en 2002 como uno de los estados más pobres del mundo, tras 24 años de ocupación militar de Indonesia y una sangrienta descolonización. (EFE)