Gobierno boliviano descartó delito en secuestro de empleados de minera canadiense
Así lo sostuvo el ministro de Trabajo, Daniel Santalla.
Indigenas exigieron con esa medida la expulsión de la empresa del país.
Así lo sostuvo el ministro de Trabajo, Daniel Santalla.
Indigenas exigieron con esa medida la expulsión de la empresa del país.
El Gobierno boliviano afirmó el lunes que "no fue un delito" que indígenas secuestraran durante 11 días a ingenieros de la minera canadiense South American Silver e informó que el presidente Evo Morales recibirá el martes a los nativos que con esa medida de fuerza exigieron la expulsión de esa empresa del país.
El ministro boliviano de Trabajo, Daniel Santalla, sostuvo que los ingenieros y el policía, que estuvo detenido cuatro días, "no han sufrido ninguna clase de maltrato" y que los indígenas "no han cometido ningún delito", en contra de las denuncias de los propios rehenes, la Defensoría del Pueblo y otras autoridades del Gobierno.
Santalla, quien participó en las negociaciones para lograr el domingo la liberación de esos dos rehenes y el policía, detalló que Morales recibirá a los indígenas que con su medida le exigen retirar a la empresa canadiense la concesión minera que posee desde 2007 en el norte del departamento andino de Potosí.
Morales, aimara como los indígenas que realizaron el secuestro, está dispuesto a recuperar el control de los recursos naturales que están en manos de las trasnacionales, destacó Santalla.
Los rehenes estuvieron retenidos cerca de la mina Mallku Khota (Laguna del Cóndor, en aimara), 350 kilómetros al sur de La Paz.
Supuestas causas del secuestroSantalla también acusó a los ingenieros de haber agredido a los indígenas y de haber cometido una falta al haberse vestido como ellos supuestamente para "camuflarse" y "tomar fotos" de una asamblea.
Antes de ser liberados, los ingenieros Agustín Cárdenas y Fernando Fernández fueron sometidos a un proceso que denominan "justicia comunitaria" que los condenó a hacer mil adobes en treinta días, acusados por el supuesto espionaje de esa asamblea.
Cárdenas dijo hoy a los medios que cuando fueron secuestrados el pasado 28 de junio realizaban un trabajo fotográfico, pero no de espionaje y fueron golpeados brutalmente hasta casi caer en coma y que los indígenas les advirtieron que si el Gobierno no aceptaba sus demandas iba a "correr sangre".