Autoridades bolivianas encontraron en la localidad de Ivirgarzama, en el centro del país, los cadáveres de tres jóvenes, uno de ellos menor de edad, y por los signos de violencia que presentaban se cree que fueron linchados.
El comandante de la Policía de Cochabamba, Alberto Suárez, indicó que los cuerpos estaban flotando en el río Mariposas, en el trópico cochabambino, y por el estado de los cadáveres, llevarían muertos alrededor de una semana.
Suárez apuntó que, según las primeras investigaciones, los jóvenes de 16, 19 y 24 años, posiblemente fueron ahogados y que supuestamente ingresaron a la población como transportistas y que cuando se marchaban, los pobladores advirtieron que se llevaban una motocicleta, por lo que los ejecutaron.
Con este supuesto linchamiento ya son seis las personas muertas en Bolivia en una semana a manos de muchedumbres enfurecidas, después de que otros tres hombres fueran linchados el pasado fin de semana por pobladores que los acusaban de ser ladrones de ganado.
Los linchamientos de supuestos delincuentes ocurren con frecuencia en Bolivia y, según han advertido los juristas, muestran que en el país rige una pena de muerte de facto aplicada por muchedumbres.
Justicia comunitaria
Las turbas siempre argumentan que aplican la llamada justicia comunitaria (indígena), reconocida en la Constitución promulgada en 2009 pero que no establece ni ampara la pena de muerte ni los castigos físicos.
Tanto las autoridades bolivianas como organismos internacionales, entre ellos la ONU, han mostrado su preocupación por estos actos que la Policía no ha logrado frenar, ya que muchos de ellos tienen lugar en zonas rurales en las que apenas hay agentes que puedan enfrentar a las muchedumbres furiosas.
Según organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, en Bolivia se producen entre 10 y 20 casos de linchamientos consumados cada año y una cifra mayor de intentos.