El Parlamento boliviano formó este martes una comisión de mayoría oficialista para investigar si hubo tráfico de influencias en los contratos suscritos por el Estado con la empresa china Camce, donde trabaja una ex pareja del presidente Evo Morales.
El presidente del Senado, el oficialista José Alberto Gonzáles, dijo a los medios que el Congreso aceptó la propuesta del propio mandatario para crear la comisión que investigará esos contratos de CAMC Engineering (Camce), por valor de 566 millones de dólares.
El legislador explicó que se trata de una comisión con oficialistas y opositores pero donde sus correligionarios tienen una mayoría, en correspondencia con el mayor número de legisladores del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) en la asamblea parlamentaria.
La comisión está formada por siete legisladores oficialistas y cinco opositores, y tiene 90 días para hacer su trabajo.
La oposición criticó que el oficialismo no haya aceptado que la comisión sea igualitaria como pidió, argumentando que de esa forma se podría hacer una investigación con mayor transparencia.
La presidenta de la Cámara de Diputados, la oficialista Gabriela Montaño, replicó que los parlamentarios seleccionados podrán revisar los contratos, hacer entrevistas y viajar hasta los lugares donde la empresa china construye las obras contratadas.
Relación de Evo Morales con el caso
El revuelo causado por este caso comenzó hace unos días cuando el periodista Carlos Valverde reveló que una ejecutiva de Camce, Gabriela Zapata, fue pareja de Morales, con quien tuvo un hijo.
La denuncia indica que Camce ha obtenido contratos del Estado, la mayoría por invitación directa, por un valor de 566 millones de dólares, producto de un supuesto tráfico de influencias.
Morales admitió la relación con Zapata, que dio como fruto un niño que falleció poco después de nacer en 2007, pero negó las acusaciones y aseguró que ese año se separó de la mujer.
El mandatario acusó al encargado de Negocios de la Embajada de EE.UU., Peter Brennan, de estar detrás de lo que considera una "guerra sucia" debido a que el representante diplomático se reunió con Valverde antes de que se conozcan las denuncias, por lo que evalúa la posible expulsión de Brennan, al considerar que es parte de una supuesta conspiración en su contra.
Hace unos días, cuando el Gobierno apuntó a EE.UU. como el origen de las denuncias, la embajada estadounidense dijo en un comunicado que Brennan "se reúne con personas de todos los sectores de la sociedad" dentro de sus funciones normales establecidas en las convenciones diplomáticas de Viena.
La embajada agregó que ello "no implica de ninguna forma una conspiración, injerencia o actividades en contra del Gobierno".