La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, recibió este sábado una llamada de apoyo de su homólogo de EE.UU., Donald Trump, quien le ofreció ayuda para contener el coronavirus SARS-CoV-2 en un contexto de tensión política en el país sudamericano.
"Agradezco la llamada del Presidente de los Estados Unidos, @realDonaldTrump, para expresar su solidaridad democrática con el pueblo boliviano en la lucha contra la Covid-19 y en la agenda bilateral que tenemos en desarrollo", escribió la mandataria transitoria en Twitter.
Una hora después, la Casa Blanca confirmó en un comunicado la llamada, en la que Trump conversó con Áñez "sobre formas en las que los dos países pueden trabajar juntos ante la pandemia del coronavirus".
"El presidente Trump ofreció asistencia para ayudar al Gobierno Transicional de Bolivia en sus esfuerzos para ayudar a sus ciudadanos", explicó la Casa Blanca, sin aclarar qué tipo de ayuda proporcionaría.
Trump "también expresó su apoyo a la implementación por parte de la presidenta interina Áñez de medidas económicas muy necesarias, elogió su fuerte liderazgo y reiteró el apoyo de Estados Unidos a una transición pacífica y democrática en Bolivia", agrega la nota oficial.
Conflicto político boliviano
La llamada se produjo después de dos días en los que la tensión política ha ido creciendo en Bolivia, después de que el Parlamento, con mayoría del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, promulgó una ley para celebrar elecciones en un plazo de noventa días, en contra del criterio de Áñez de no fijar una fecha hasta que se supere la emergencia sanitaria en el país por la COVID-19.
El Ejecutivo interino anunció un recurso de inconstitucionalidad contra la ley, mientras que el MAS y Morales lo acusan de intentar perpetuarse en el poder.
Bolivia tenía que ir a las urnas este domingo 3 de mayo, pero el órgano electoral decidió en marzo aplazar la cita electoral, cuando el Ejecutivo interino decretó estado de emergencia sanitaria ante los primeros casos de coronavirus en el país, con una cuarentena que se acaba de extender hasta el próximo 10 de mayo.
El país tiene que elegir presidente, vicepresidente, diputados y senadores después de que se anularan las elecciones de octubre, en las que Evo Morales fue declarado vencedor entre denuncias de fraude a su favor e informes de organismos internacionales sobre irregularidades en los comicios.
El entonces presidente anunció que renunciaba a un cuarto mandato consecutivo porque era forzado por un golpe de Estado para privarlo de una nueva victoria electoral y sacarlo del poder en medio de presiones de militares y policías, entre otras.
Áñez asumió entonces el poder con un mandato interino primero hasta el 22 de enero de este año, cuando debía empezar una nueva legislatura, luego ampliado hasta que salga un nuevo Gobierno de las elecciones, a las que se presenta como candidata.
La presidenta interina dio un giro radical en políticas como la exterior, respecto a la etapa de Morales, con un acercamiento hacia países como Estados Unidos, con cuyo Gobierno siempre estuvo enfrentado el ex presidente.
Este acercamiento se evidencia en hechos como una reciente ayuda para combatir el coronavirus SARS-CoV-2 por parte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), a la que Morales expulsó de Bolivia, entre otros apoyos de entidades y empresas estadounidenses.