Las autoridades brasileñas anunciaron este jueves el cierre de cuatro parques naturales del estado de Espírito Santo (sureste), ante el riesgo de la extensión de la fiebre amarilla, la enfermedad que ha cobrado la vida de al menos 40 personas en varias zonas del país desde que comenzó el año.
Los parques Pedra Azul, Forno Grande, Mata das Flores y Cachoeira da Fumaça permanecerán cerrados a partir de este viernes de manera temporal, según señaló la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Hídricos de Espírito Santo.
Además, otras dos reservas naturales, Itaúnas y Paulo César Vinha, también en Espírito Santo, serán vigiladas sin descartar su cierre en caso de que las autoridades sanitarias así lo consideren.
La Secretaría estatal de Salud señaló que la decisión de impedir el acceso a estas unidades tiene como objetivo proteger a los visitantes del virus, así como también a la fauna de la zona de un posible contagio.
Las autoridades sanitarias brasileñas están en alerta debido al brote de fiebre amarilla que se inició hace unas semanas en el estado de Minas Gerais y se ha extendido a Espírito Santo, Bahía, Sao Paulo, así como en la capital Brasilia.
El Ministerio de Salud de Brasil notificó 89 muertes sospechosas por fiebre amarilla, de las cuales 40 están confirmadas y el resto están en proceso de investigación.
El estado más afectado es Minas Gerais, en el sureste del país, donde se han confirmado 37 víctimas por fiebre amarilla, seguido de Sao Paulo, con tres.
Medidas para contener la crisis sanitaria
El Gobierno brasileño ha enviado más de un millón de vacunas a varios de los estados afectados a fin de contener la crisis sanitaria desatada por esta enfermedad, de la que se registran 438 casos sospechosos a la fecha.
Los especialistas distinguen dos tipos de fiebre amarilla que se diferencian por el mosquito transmisor: la silvestre -transmitida por el Haemagogus y el Sabethes, que ataca principalmente a los monos- y la urbana, que transmite el aedes aegypti, el vector del dengue, el zika y el chikunguña.
Según datos oficiales, los últimos casos de fiebre amarilla urbana en ciudades brasileñas se registraron en 1942, en el estado de Acre.