El presidente brasileño, Michel Temer, afirmó este viernes que su gobierno alterará, con algunas sugestiones, la polémica y criticada normativa que publicó el pasado lunes y que dificulta la lucha contra el trabajo esclavo en Brasil.
La medida limita el concepto de trabajo análogo a la esclavitud a la restricción de la libre circulación del trabajador y descarta otras prácticas consideradas como esclavitud moderna por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Entre las prácticas que ya no pueden ser consideradas trabajo esclavo figuran las jornadas exhaustivas, los descuentos en el salario de supuestas deudas por alimentos o alojamiento, el trabajo en condiciones degradantes o la intimidaciones, incluso armadas, para que el trabajador no denuncie su situación a las autoridades.
El jefe de Estado adelantó que el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, se reunió en dos oportunidades esta semana con la Procuradora General de la República, Roquel Dodge, una de las principales criticas a la medida, para discutir algunas modificaciones que incluirá en una nueva normativa que será publicada en los próximos días.
"Él (Nogueira) recibió algunas sugestiones. Está examinando las sugestiones y es muy probable que incorpore varias", afirmó el jefe de Estado en una entrevista que le concedió este viernes al portal de informaciones políticas "Poder 360".
Temer aseguró que la medida fue adoptada debido a que la legislación anterior era muy general y permitía excesos en las auditorías, y que entre las sugerencias figura la creación de una división especial de la Policía Federal que ayude en las tareas de combate al trabajo esclavo.
El mandatario también negó que la normativa sólo considere trabaja esclavo los casos en que se le niega al trabajador la libre circulación: "No es sólo el derecho de ir y venir. El derecho de ir y venir está ampliamente garantizado. No tiene sentido que usen ese argumento. No estoy ni defendiendo ni condenando la normativa. Estoy diciendo que está sufriendo objeciones que estamos analizando", afirmó.
De acuerdo con la OIT, el decreto es un "retroceso lamentable" que pone en riesgo las exitosas iniciativas de los últimos 20 años que convirtieron a Brasil en modelo mundial en el combate al trabajo esclavo y que le permitieron "rescatar" a unos 50 mil trabajadores sometidos a esclavitud moderna.