El presidente de Brasil, Michel Temer, ha perdido el apoyo de cuatro de los partidos de su base aliada en la Cámara de Diputados desde el inicio de la crisis política, por su supuesta implicación en un grave escándalo de corrupción.
Tras la apertura en la Corte Suprema de una investigación contra el mandatario, los partidos Socialista Brasileño, Popular Socialista, Laborista Nacional y Humanista de la Solidaridad han abandonado la base que ostenta el gobierno en la Cámara Baja.
Esos cuatro partidos suman 66 diputados -de un total de 513-, los cuales anunciaron que harán oposición desde que estalló el escándalo a partir de los testimonios de varios ejecutivos del grupo cárnico JBS, según publicó este domingo el diario O Globo.
No obstante, el Partido de la Social Democracia Brasileña y Demócratas -sus principales aliados- mantienen por el momento su apoyo a Temer, aunque resaltaron que su postura está en constante evaluación y podría variar.
Desde que asumió el poder, en mayo de 2016, la fuerza de Temer en la Cámara de los Diputados ha sido fundamental para sacar adelante polémicas reformas económicas como un techo de gastos para las dos próximas décadas y la reforma laboral, que abre la puerta a una rebaja de los costes laborales.
Sin embargo, el escándalo ha paralizado la aprobación de una de las reformas más importantes, la del sistema de pensiones, que endurece las condiciones para obtener esa prestación al establecer como edad mínima para la jubilación los 62 años para mujeres y los 65 para hombres, con un mínimo de 25 años de cotización.
Al tramitarse como enmienda constitucional, se requiere 3/5 de votos favorables -308 diputados- para que el proyecto siga en el Senado, una cifra ahora en peligro.
Además de perder aliados, la oposición exige la inmediata renuncia de Temer, al tiempo que han presentado más de una decena de peticiones de juicio político, como el que apartó a su antecesora, Dilma Rousseff, de la Presidencia por supuestas irregularidades fiscales.