Al menos 60 reos murieron durante un violento el enfrentamiento de dos facciones rivales en una cárcel de Manaos, capital del estado de Amazonía (norte), informaron este lunes fuentes oficiales luego del término del motín que duró cerca de 17 horas.
La Secretaría de Seguridad Pública de Amazonia confirmó que las muertes en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim comenzaron el domingo por el enfrenamiento entre el Primer Comando de la Capital, asentado en Sao Paulo, y la Familia do Norte, que domina las cárceles del estado de Amazonía, que se disputan el control del tráfico de drogas en la región.
"Tuvimos la noche más sangrienta de la historia del estado en los presidios", lamentó el secretario Sergio Fontes.
Los reclusos llegaron a tomar hasta 12 guardias como rehenes, los que fueron liberados sin lesiones de gravedad a medida que avanzaban las negociaciones con los amotinados.
Actualmente la policía retira los cuerpos, muchos de los cuales fueron decapitados y algunos, quemados y mutilados, para que sean trasladados al Instituto Médico Legal de ese país.
Eso sí, todavía no existe una cifra exacta de víctimas, pues las riñas se registraron en diversos sectores del penal, algunos de ellos de difícil acceso en un recinto con capacidad para 580 presos, pero hoy en día alberga a cerca de 1.800.
Epitácio Almeida, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la OAB en Amazonia, coordinó las conversaciones con los presos y trabajó por la liberación de los rehenes, lo que sucedió la mañana del lunes, cuando se dio por concluida la sublevación.
"Infelizmente estamos delante de la mayor y más horrible masacre ya práctica en los presidios de Brasil", aseguró Almeida en un mensaje enviado a algunos miembros de la OAB y al que tuvo acceso Efe.
Además, existen dificultados para establecer el número de reclusos que aprovecharon la situación para fugarse, hecho que fue alertado por las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Éste es, hasta el momento, el segundo motín en Brasil con más víctimas fatales, pues en 2013 se registraron 70 detenidos muertos en la cárcel de Pedrinhas, en el estado de Maranhão.
Funeral por masacre en Campinas
El término de la rebelión en Manaos se podrujo en el mismo instante en que en Campinas se realizaba el funeral de las 12 víctimas dejadas por el técnico de laboratorio Sidnei Ramis de Araújo, quien al perder la custodia de su hijo tuvo un día de furia, momentos antes de Año Nuevo.
Portando una pistola de 9 milímetros invadió la casa en que su ex mujer y su hijo de ocho años, junto a familiares, esperaban le llegada de 2017.
Ramis, que se suicidó posterior al crimen, dejó varias cartas en las que pedía perdón por lo que haría y culpaba a su mujer por haber inventado un asedio sexual contra el menor y en otras a la situación política que vive Brasil, apuntando al Gobierno y al Poder Judicial.