La turista española María Esperanza Ruiz Jiménez, de 67 años, falleció este lunes de un disparo en el cuello cuando el vehículo en que viajaba fue tiroteado por la Policía en la favela de la Rocinha, considerada la más grande y una de las más peligrosas de Río de Janeiro.
La víctima estaba de vacaciones en Río acompañada de su hermano y su cuñada, y sus restos, que todavía se encuentran en un hospital de la zona sur de Río de Janeiro, serán repatriados en breve a España.
Las circunstancias de su muerte aún están bajo investigación, aunque la Policía Militar sostiene que el vehículo en el que viajaba no respetó un control mientras que el conductor asegura que no recibió ninguna orden de parar ni es consciente de haberse saltado una barrera policial.
El incidente se produjo en las proximidades del Largo do Boiadeiro, una bulliciosa zona comercial de la parte baja de la Rocinha, donde desde hace mes y medio se libra una guerra abierta entre bandas rivales de narcotraficantes que las autoridades intentaron frenar con la presencia del Ejército.
Según la Policía Militar, el auto en que viajaba Jiménez "rompió el bloqueo policial" en las proximidades del Largo do Boiadeiro.
La policía disparó contra el coche y "durante el abordaje verificó que se trataba de un vehículo para el transporte de turistas", en el que viajaba la víctima, su hermano, su cuñada, el chófer y una guía.
Un hecho "inadmisible"
La Policía Militar "ya identificó la autoría y está adoptando procedimientos preliminares de investigación sobre los agentes envueltos en el caso de la turista en Rocinha", señaló el organismo en un comunicado.
"Las armas fueron recogidas para su pericia en el centro de criminalística de la Policía Militar de Río de Janeiro y el Ministerio Público (fiscalía) fue notificado de las medidas en curso", agregó.
Pese a que la Rocinha es una de las zonas más peligrosas de Río, en especial en las últimas semanas por los enfrentamientos entre bandas rivales, los familiares de María Esperanza declararon a la policía que no fueron advertidos del riesgo que suponía el viaje por la agencia de turismo.
Fabio Cardoso, comisario de la división de homicidios de la Secretaría de Seguridad de la ciudad de Río de Janeiro, calificó el hecho como "inadmisible".
"Una turista que estaba aquí en Río, ser alcanzada por un tiro, ser asesinada, es inadmisible y vamos a actuar para identificar a los autores", dijo.
Apenas una hora antes del incidente, un tiroteo entre narcotraficantes y policías dejó dos agentes heridos de gravedad en la Rocinha.
Favelas como atractivo turístico
Pese a los riegos que entrañan, las favelas de Río se han convertido en un atractivo turístico de la ciudad y La Rocinha suele ser una de las más visitadas porque ofrece una vista espectacular sobre el mar.
Responsables de agencias de turismo consultados por la agencia EFE apuntaron que la demanda para visitar la Rocinha ha caído drásticamente en las últimas semanas y los propios guías recomiendan escoger otros destinos.
"En La Rocinha se libra una guerra desde hace mes y medio. Se cancelaron muchos grupos y disminuyeron los turistas interesados. Se mantuvieron visitas algunos días pero tuvimos que cancelar varias veces por los incidentes", explicó Marcelo Armstrong, de Favelatours, una de las pioneras en este tipo de turismo.
Armstrong subrayó que nunca se debe ingresar en una favela con un auto con los cristales oscuros "porque la policía o los narcos pueden disparar sin saber quién viaja dentro".
No obstante, consideró que este caso "es parte de un contexto caótico de Río de Janeiro. Es bastante irónico que solo un año después de los Juegos Olímpicos que se presentaron como la posibilidad de presentar a Río ante el mundo haya una crisis semejante".
Los incidentes de turistas en favelas se han repetido en los últimos meses, aunque habitualmente los agresores son delincuentes y las víctimas acceden por error a las comunidades, como ocurrió en agosto con una inglesa tiroteada en Angra do Reis o el pasado diciembre, cuando un motorista italiano que fue confundido con un policía en una comunidad de Río.
Según estimaciones oficiales, en Río de Janeiro se registra una media de un tiroteo cada dos horas y, desde enero, han muerto más de 4.000 personas en actos de violencia, entre ellos más de 100 policías.