Proyecto que reconoce a Quebec como nación causa polémica en Canadá
El primer ministro conservador propuso considerar a la provincia francófona como una entidad diferente, pero siempre dentro del país de mayoría anglófona.
El primer ministro conservador propuso considerar a la provincia francófona como una entidad diferente, pero siempre dentro del país de mayoría anglófona.
La propuesta del gobierno canadiense de reconocer a Quebec como una nación dentro de Canadá, en anticipación de una moción más radical de los independentistas quebequeses, abre un nuevo capítulo en las relaciones entre la provincia francófona y el país.
La decisión del soberanista Bloque Quebequés (BQ), el tercer partido en número de escaños en el Parlamento canadiense, de presentar una moción en la que se solicitaba el reconocimiento de que "los quebequeses y las quebequesas forman una nación", estaba dirigido a dañar a los dos principales partidos federalistas.
En primer lugar al Partido Liberal (PL), que el próximo 2 de diciembre elegirá a su nuevo líder en Montreal y que está enfrascado en una lucha interna después de que el ala quebequesa del partido solicitase precisamente que se reconociese a Québec como una nación.
En segundo término al gobernante Partido Conservador del primer ministro Stephen Harper, quien se encuentra en situación minoritaria en el Parlamento y probablemente convocará elecciones anticipadas en el 2007.
Pero Harper, para sorpresa de unos y otros, aceptó el envite de los independentistas y se apresuró a presentar su propia moción en la que se reconoce a Quebec como una nación pero "dentro de un Canadá unido" y que será votada por el Parlamento el lunes, un día antes que la del BQ.
La decisión de Harper obligó hoy al Bloque Quebequés a modificar su propia moción para añadir que los quebequeses son una nación "actualmente en el seno de Canadá".
El PL, que en enero pasado perdió el poder tras 12 años en el gobierno, claudicó hoy y reconoció que votará el lunes en favor de la moción gubernamental para demostrar la unidad de los federalistas frente a los independentistas.
Hasta ayer mismo el favorito para ganar el liderazgo de los liberales, el intelectual Michael Ignatieff, causaba revuelo en el seno del Partido Liberal por apoyar la propuesta del ala quebequesa del PL de denominar Québec como una nación.
La mayoría de los restantes candidatos liberales se oponían siquiera a discutir el asunto.
Y el cuarto partido canadiense, el socialdemócrata NDP, también expresó su apoyo a la moción de Harper.
El periódico más influyente del país, The Globe and Mail, aplaudió este jueves la decisión de Harper de enfrentarse a los separatistas con su propia moción en favor del concepto nacional para los quebequeses.
"En cualquier otra circunstancia, invocar la palabra 'nación' habría sido una idea terrible. Pero los políticos deben jugar las cartas que se les reparten y, en la circunstancias de esta semana, Harper ha elegido bien", afirmó el periódico en su editorial.
Pero la decisión de Harper de reconocer a Quebec como una nación para desactivar la carga de profundidad lanzada por los separatistas abre la puerta a una serie de posibilidades que preocupan a muchos.
El periódico de mayor difusión en el país, Toronto Star, señaló en su editorial que la declaración de Quebec como nación dentro de Canadá "nunca apaciguará a los separatistas de Quebec" y en cambio "alimenta" un peligroso debate con claros tintes constitucionales.
Como respondiendo al Toronto Star al inicio del debate parlamentario de la moción del BQ, su líder, Gilles Duceppe, atacó la propuesta de Harper al afirmar que los grupos políticos canadienses siempre tratan de ocultar la cuestión separatista quebequesa.
"Durante años, los representantes de Canadá han intentado evitar este asunto. Lo han ocultado debajo de la alfombra. Pero desde hace tiempo, la cuestión ha estado reapareciendo. Somos una nación porque eso es lo que somos", afirmó Duceppe.
El propio The Globe and Mail reconoció que la moción de Harper "deja preguntas en el aire" aunque volvió a insistir que el primer ministro "ha mitigado el daño al remover la mayor parte del escozor político de la palabra" nación. (EFE)