En Uruguay la producción, distribución y venta de marihuana quedará por ley en manos del Estado; en Estados Unidos han legalizado su uso en Colorado y Washington y otros estados consideran su aprobación para usos medicinales, pero Jamaica es el primer país que propone despenalizarla para propósitos religiosos.
Un documento emitido por el Ministerio de Justicia de Jamaica el 11 de junio delineaba las reformas a la ley en relación con la ganja, como llaman allí a la marihuana.
La propuesta, que según el ministro Mark Golding presenta un enfoque más inteligente al problema de las drogas, contempla la posesión de pequeñas cantidades de la hierba para uso personal, consumo en lugares privados y con fines medicinales, así como la despenalización para su uso como sacramento religioso.
La enmienda a la Ley de Drogas Peligrosas, aprobada por el gabinete ministerial el 2 de junio, dedica un acápite al Movimiento Rastafari, una religión con raíces en Jamaica desde la primera mitad del siglo XX.
Planta milenaria
Los rastafari consideran la ganja una hierba sagrada y fumarla es parte integral de sus rituales, por lo que han pedido durante años su legalización. El gobierno ha recurrido al argumento del derecho fundamental a la libertad religiosa, protegido por la Constitución jamaiquina.
"Históricamente, la ganja ha estado relacionada con la búsqueda de lo divino por toda la humanidad", comentó a BBC Mundo Maxine Stowe, consultora internacional del Rastafari Millenium Council, parte de la Fuerza de Tarea de Investigación Comercial y Medicinal del Cannabis, que organizó la Conferencia sobre Cannabis en Jamaica.
"Fumar esta planta permite a los espíritus psicológicos del individuo llegar a lo divino", agregó Stowe. "La marihuana te hace relajar y pensar en otras dimensiones".
Pero, ¿cómo justificar el consumo de una sustancia considerada por muchos como una droga adictiva y cuyo tráfico es perseguido en tantos países?
"Es una planta que se ha fumado durante miles de años sin causar ningún trastorno social relatado en ningún libro de historia", responde Stowe.
Inspiración bíblica
Christian Parker Gumucio, doctor en Sociología y experto en religiones a nivel latinoamericano del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, explicó a BBC Mundo que "el uso de marihuana como cualquier substancia psicotrópica en ritos, sobre todo de religiones populares, es bastante común".
"En el caso de los rastafari, la hierba es considerada una manifestación de lo divino y su consumo, generalmente en rituales, es una forma de acceso a niveles de espiritualidad superior", añadió.
Los rastafari se inspiran en versículos bíblicos, notablemente del Génesis, los Salmos, el Cantar de los Cantares y el Apocalipsis, donde ellos entienden que la caña aromática es el cannabis.
"Lo consumen en un contexto sagrado y parte de ese contexto lo da el libro sagrado", puntualizó. "En ese sentido, para entenderlo desde el cristianismo, es parte de una liturgia y toda liturgia conlleva una lectura de la palabra".
Según la creencia rastafari, se encontraron restos de la planta en la tumba de Salomón, a quien se atribuye la autoría del Cantar de los Cantares.
"Este ritual estaría remitido a su relación con el rey Salomón y la reina de Saba", explicó Parker. "El uso actual de la marihuana está así legitimado religiosamente a raíz de esta referencia a la historia de Israel y el uso del cáñamo en la Biblia".
Y es que el movimiento rasta surgió en Jamaica en la década de 1930, con la convicción de que Haile Selassie I, emperador de Etiopía, era la tercera reencarnación de Jah (Dios). Y la historia de Salomón nos lleva a ese territorio, en el actual país africano.
Prohibición
Maxine Stowe especificó que la ganja "te relaja para meditar, te hace tomar muchas direcciones y no simplemente enfocarte en producir para tu sociedad, que es lo que busca la industrialización".
Esto incluso contrapone la visión rastafari con tradiciones religiosas que la inspiran, como el judaísmo y el cristianismo.
"Todo lo que sabemos es que la iglesia judeocristiana, al tratar de imponer normas y regulaciones para civilizar a los pueblos indígenas del mundo, buscó retirar su concepto de Dios o su aproximación a lo divino, los hicieron ir a sus iglesias y tomar pan y vino, sus sustancias", agregó. "Para mí es una dominación colonial".
La marihuana fue ilegalizada en Jamaica en 1913, según Stowe en el contexto de una situación compleja de la industria del cáñamo, relacionada con su comercio e industrialización, "aunque culturalmente su ilegalidad surgió en Estados Unidos".
"En esa época, al mezclarse México y las otras culturas del Caribe con el movimiento afroamericano, se determinó que esta planta sería ilegal y fue convertida en sustancia prohibida", relató Stowe.
"La prohibición estuvo directamente relacionada con la gente de color, no con ningún aspecto negativo de la planta". agregó. "Tenía sentido entonces que surgiera la cultura rastafari en la década de 1930 y que pidiera su legalización".
Reggae y hoja de coca
Stowe aseguró que fumar ganja no interfiere con el trabajo, pues "los rastafari somos empresarios autónomos, creamos nuestra propia economía".
"Nadie me puede decir que no fume en el negocio porque es mi propio negocio", dijo. "Los principales exponentes de nuestra cultura son los músicos, pues la ganja forma parte de la creación musical".
El nombre por excelencia asociado a la música popular jamaiquina, el reggae, es el de Bob Marley, quien contribuyó en gran medida a difundir la filosofía rasta por el mundo.
Para algunos, la lucha por el derecho a fumar cannabis -algo que Marley hacía con entusiasmo, al punto de ser multado por posesión durante una visita a Londres- se podría comparar con la defensa de la hoja de coca por el presidente de Bolivia, Evo Morales.
"Es una planta psicotrópica usada por las culturas indígenas para participar de la divinidad de sus seres", afirma Stowe.
Al igual que la ganja, en la región andina la coca -aunque no se fume- es considerada una hoja sagrada.