China investigará abusos en aplicación de la "política del hijo único"
El anuncio llega después de revelarse que una mujer fue obligada a abortar con siete meses de embarazo.
Pekín defiende, nop obstante, su sistema de control demográfico.
El anuncio llega después de revelarse que una mujer fue obligada a abortar con siete meses de embarazo.
Pekín defiende, nop obstante, su sistema de control demográfico.
El Gobierno chino anunció el envío de equipos de inspectores a diversas zonas del país para comprobar los métodos de aplicación de la "política del hijo único", a raíz del escándalo causado después de que una mujer embarazada de siete meses fuera forzada a abortar en aplicación de la controvertida norma.
Diez equipos de inspección viajarán a 19 de las 30 divisiones administrativas del país con esta misión, anunció un comunicado de la Comisión Nacional de Población y Planificación Familiar, encargada de la aplicación de esta política desde su instauración a finales de la década de 1970.
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El abuso de poder sufrido por Feng Jianmei generó críticas en todo el mundo. |
Según el diario oficial China Daily, la medida está directamente relacionada con el escándalo ocurrido este mes en la provincia noroccidental china de Shaanxi, donde una mujer denunció que fue obligada a abortar -una medida que según Pekín es ilegal- al no poder pagar la multa de 40.000 yuanes (unos 3,2 millones de pesos chilenos) que se le había impuesto por querer tener un segundo hijo.
Las inspecciones "buscan garantizar una aplicación legal de la política y corregir algunos problemas ocurridos cuando oficiales de base (en alusión a líderes locales o provinciales) la ponen en práctica", señaló la comisión estatal.
El caso actual se dio a conocer cuando el marido de la mujer obligada a abortar, llamada Feng Jianmei, publicó en su microblog una foto de ella tendida en la cama junto al feto sin vida, una dura imagen que se extendió como la pólvora en las redes sociales y aumentó las críticas de la sociedad china a la política del hijo único.
Se produce, además, en un año en el que volviera a las portadas de los medios, a raíz de su huida y posterior refugio en EEUU, el disidente chino Chen Guangcheng, quien denunció la pasada década abortos y esterilizaciones forzosas en el este de China también por una aplicación extrema de la política del hijo único.
El Gobierno chino defiende la controvertida política argumentando que, si no se hubiera aplicado, actualmente el país acusaría mayores problemas de superpoblación, pues tendría 1.700 millones de habitantes, en lugar de los 1.300 millones actuales.