El Banco Popular de China (central) anunció este martes una inyección de capital de 130.000 millones de yuanes (20.000 millones de dólares) en el sistema financiero nacional, la mayor realizada desde septiembre, con el objetivo de reducir la falta de liquidez en la segunda economía mundial.
La inyección se lleva a cabo a través de acuerdos de recompra inversa ("repos") por un periodo de vencimiento de siete días, en los que la entidad emisora adquiere valores a los bancos comerciales con el compromiso de revenderlos más tarde.
La operación se realiza con intereses del 2,25 por ciento, la misma tasa que aplicó a otra inyección llevada a cabo la semana pasada, entonces por valor de 10.000 millones de yuanes (1.500 millones de dólares).
La medida busca resolver problemas de falta de liquidez ocasionados por la caída en nuevos fondos en yuanes pendientes de divisas, pese a que algunos analistas habían recomendado para ello una reducción del coeficiente de caja de los bancos (porcentaje de sus préstamos que las entidades no pueden dedicar a créditos).
Los fondos en yuanes pendientes de divisas (aquellos que se ponen en el mercado cuando los bancos adquieren moneda extranjera de sus clientes) registraron en noviembre un descenso de 315.800 millones de yuanes (48.000 millones de dólares) respecto al mes anterior.
Estas medidas se tomaron después de los inconvenientes que sufrieron las bolsas chinas tras caer un 7 por ciento, lo que desencadenó que se cerraran por primera vez en su historia.