Concretando uno de los principales anhelos de su ambicioso programa espacial, China se convirtió en el tercer país en llegar a la luna, siendo además el primer alunizaje controlado de una sonda espacial sobre la superficie del satélite natural en 37 años.
El pasado 2 de diciembre el cohete Long March-3B (CZ-3B) había despegado exitosamente desde Xichang en la provincia de Sichuan, suroeste de China, portando el Chang E3 con el vehículo para la primera misión lunar del gigante asiático.
Pero el logro chino conseguido por su tercera misión no tripulada a la Luna no es casual. Una cronología que incluso data desde tiempos lejanos da cuenta del interés por alcanzar contacto con la superficie lunar.
El camino a la Luna
Dentro de los principales hitos del programa espacial chino, se considera que a principios del siglo XVI, Wan Hu, un funcionario imperial, intentó convertirse en el primer astronauta a bordo de una silla especialmente diseñada y propulsada por cohetes de la época. Sin embargo, y pese a que en su intento falleció, China lo considera como precursor de la carrera espacial nacional, e incluso uno de los cráteres de la Luna lleva su nombre.
No sería sino hasta el siglo XX cuando en 1956, China volvería a formalizar su interés por el tema abriendo su primer centro de investigación de misiles y cohetes, el Instituto Número 5.
Posteriormente, en los años sesenta y en plena carrera espacial en el contexto de la Guerra Fría, los asiáticos lanzaron con éxito un cohete transportando ratas albinas, lo cual evolucionó en la década siguiente erigiéndose como en el quinto país del mundo en lanzar un satélite en órbita y haciéndolo de modo recuperable.
Tras incursionar con múltiples órbitas tripuladas a la tierra –incluyendo una mujer-, desde el año 2007 China fijó su objetivo en la luna, lanzando durante dos años seguidos sondas no tripuladas al satélite.
La tercera fase de este proyecto consiguió el éxito luego que las autoridades chinas confirmaran este sábado que la sonda Chang E3 y el implemento robótico Yutu, aterrizaron en buenas condiciones sobre la superficie de la Luna.
Se trata de uno de los mayores éxitos espaciales de China, que se convierte en el tercer país del mundo en llegar a la Luna tras Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética.