La costumbre instalada en el país asiático viene desde Taiwán, que la inició en 1980.
Incluso, en 2017, 50 bailarinas de "pole dance" participaron en un funeral y bailaron sobre los techos de diversos vehículos.
La tradición llegó hasta China, donde en los sectores rurales se continúa contratando bailarinas para estas particulares ocasiones.
Polémica ha causado el fenómeno de contratar shows de striptease en China para funerales, tradición cuyo origen está en Taiwán, lugar donde es común que se realicen este tipo de "espectáculos".
La primera vez que se contrató a una bailarina en un evento de este tipo fue en un velatorio taiwanés en 1980, causando la sorpresa y atención de toda la opinión pública.
El fenómeno es tan común que, el pasado 2017, 50 bailarinas de "pole dance" realizaron sus presentaciones sobre los techos de los automóviles en la ciudad de Chiayi para despedir a un multimillonario taiwanés.
China y la adopción de costumbre
En los sectores rurales de China, la contratación de strippers para despedir a sus fallecidos también se realiza, aunque es bastante repudiado por el escenario político.
Según señalan diversas teorías, las bailarinas son contratadas para captar a un mayor número de gente a la hora de realizar los funerales, ya que una gran muchedumbre es considerada como una buena manera de honrar al difunto.
Según señaló BBC, en algunos lugares del grande asiático esta práctica es realizada para "entregar culto a la reproducción".
"En algunas culturas locales, el baile con elementos eróticos puede ser usada para transmitir los deseos del difunto de ser bendecido con muchos hijos", afirmó Huang Jianxing, profesor de la Universidad Fujian, al medio estatal Global Times.
Una segunda teoría señala que la presencia de las strippers puede generar una demostración de riqueza, ya que la población china es más proclive a mostrar la cantidad de dinero que tiene entreteniendo a sus comensales.
El repudio político
Las autoridades chinas se han mostrado completamente en contra de esta práctica y se ha encargado de "perseguir" a quienes la realicen, sin embargo, tras años intentándolo, no han podido erradicar esta costumbre.
El Ministerio de Cultura chino calificó la tradición como "incivilizada" y anunció medidas en contra de quienes cometan este "acto inmoral".
